Capítulo 25 - Despertar contigo

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“Juls yo...” Valentina sólo pudo suspirar en respuesta a la frase que acaba de escuchar pues su corazón  se estrujó ante el tímido pedido de su cocinera.

Pero Juliana la silenció con otro beso, uno menos intenso pero no menos necesitado. Sabía que debería dejarla hablar pero también era perfectamente consciente de que tenían todas las probabilidades en contra.

Entonces cuando sabes que no puedes ganar y que tienes todas las de perder, porqué no sólo disfrutar del momento?

Ésa era la triste conclusión a la que había llegado Juliana desde el primer minuto en que posó sus ojos color café sobre Valentina. Desde luego que se estaba enamorando, como nunca lo había hecho en su vida y seguramente nunca más lo haría. Y de nada le servía resistirse pues Valentina tenía perfectamente aceitado el mecanismo para llegar hasta su corazón. La rubia había descifrado el laberinto de sus emociones y en tiempo récord.

Sus frentes seguían apoyadas una sobre la otra y sus pechos seguían subiendo y bajando acelerados.

“Deberías quedarte a dormir aquí Val, es muy tarde ya para que regreses a tu casa” Ofreció tiernamente Juliana haciendo contacto visual.

Valentina lo consideró por unos cuantos segundos, realmente estaba extenuada y era verdaderamente muy tarde y su día debía comenzar en unas pocas horas. No tenía a nadie más para culpar por su desvelo más que a sí misma y aún así allí estaba su cocinera una vez más, rescatandola.

“Pues supongo que es lo mejor… si a ti no te es molestia… lo que menos quisiera es incomodarte” Admitió tímidamente.

“No pues cómo crees morrita!” Exclamó sonriente la morena. “No lo ofrecería si fuera una incomodidad… ven” Agregó con seguridad, rompió la cercanía de sus cuerpos tomando la mano de Valentina y comenzó a guiarlas a su habitación.

Cuando entraron Valentina se asombró de la prolijidad y el orden que reinaban en esa recámara. Se quedó parada frente a la gran cama tamaño queen mientras Juliana hurgaba uno de sus cajones en busca de un pijama. Todo era armonioso en ese cuarto, pero lo que más seguía sorprendiendo a Valentina era la falta de fotografías, pues al igual que en el resto del apartamento, allí tampoco había.

“Aquí tienes morrita…” Dijo dejando un pijama sobre la cama. “El baño ya sabes dónde está y encontrarás un cepillo nuevo en una de las gavetas… que descanses” Mi cielo… Por supuesto que esas últimas dos palabras las dejó atrapadas en su cabeza.

Valentina solo registró que Juliana había tomado unas sábanas, una manta y una almohada para llevarse consigo unos segundos más tarde, luego de que la morena la saludara con un suave beso en la mejilla mientras iba hacia la puerta. Algo sobre estar a punto de pasar la noche con la mujer de la que se estaba enamorando le resultaba surrealista, y enlentecia su cerebro.

“Espérate tantito… Juls… Juls!” La llamó varios segundos después mientras iba detrás de ella nuevamente hacia el living. Juliana ya estaba a punto de comenzar a convertir su gran sofá en una improvisada cama.

“Juls… no, pues cómo crees… no voy a permitir que duermas aquí, si hay alguien que dormirá aquí soy yo” Suplicó Valentina mientras se paraba al lado de su cocinera e intentaba apoderarse de la almohada en señal de protesta.

“Claro que no morrita… eres mi invitada y dormirás en la habitación y fin de la discusión…” Sonrió Juliana parándose justo frente a la muchacha de los ojos de cielo y tomando la almohada. Como era de esperar Valentina tironeo del objeto indicando que no se iba a rendir tan fácilmente. Juliana se inclinó hacia adelante y a menos de un centímetro de los hermosos labios de Valentina susurró “Si te sigues resistiendo no habrá más de esto” Y la besó tiernamente pero aún con bastante intensidad, suavemente rozando su labio inferior con la punta de su lengua justo antes de terminar.

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