Yellow

Capítulo 33 - You've got the love

Valentina tuvo que hacer su mejor esfuerzo para concentrarse en el quirófano y poder asistir la cirugía que tenía programada e intentar aprender algo en el proceso. Pero aún a pesar de todo esa sensación en el centro de su pecho no terminaba de evacuarse, sentía como si el corazón de pronto se le hubiese hecho pequeño y estuviera comprimido por una mano invisible.

Juliana llegó al restaurante a tiempo pero dejó su móvil cargando en el área de lockers y de inmediato tuvo que comenzar su turno, eventualmente tendría un pequeño break y se ocuparía de revivir el aparato. De todas formas no se preocupaba demasiado pues ya había acordado verse con Valentina, por lo que todo estaba bien en su universo. Aún seguía algo sorprendida por la invitación de María pues evidentemente podría ser bastante ciega para ciertas cosas. Se preguntó si habría alguien más en su vida que tuviese algún tipo de interés sentimental en ella. Estaba bastante segura de que Valentina lo tenía, pero no sabía bien cuándo lo expresaría en palabras, o si lo haría.

Independientemente de la situación y de la pobre María, Juliana estaba en algún punto agradecida con la chica pues la experiencia le sirvió para darse cuenta de que no quería a nadie más que no fuera Valentina Carvajal. Esa mujer la había arruinado para todas las demás y si no llegaba a nada con ella, pues entonces tendría que buscar la manera de volver a subsistir en total soledad. Realmente no le había gustado cómo se habían sentido las manos o la proximidad de María, la habían hecho sentir incómoda y más importante aún, habían puesto de manifiesto la sensación de pertenencia que tenía con Valentina.

Juliana apenas si tuvo un respiro en todo el servicio del almuerzo y cuando se dio cuenta de la hora que era simplemente salió disparada hacia su apartamento, decidió que allí prendería nuevamente su móvil y esperaría noticias de su morrita.

Valentina también salió prácticamente disparada del hospital, cambiándose el ambo quirúrgico por su ropa de calle porque salía del quirófano sino hubiera salido así como estaba con tal de no perder más tiempo. Ni reparó en checar su móvil pues ya no sólo era la preocupación de saber que Juliana estaba bien, también tenía la profunda necesidad de correr hacia su cocinera y decirle todo lo que sentía, de declararle y hacerle entender que se estaba enamorando y que no quería separarse ni un minuto más de lo necesario de ella.

Juliana llegó primero a su apartamento y pudo poner toda la cena en marcha lo cual le quitó un gran peso de encima, pues ya que había invitado a su morrita realmente no quería fallarle esta vez. Finalmente pudo prender su móvil y cuando leyó el mensaje que había recibido por la mañana su sonrisa iluminó toda su casa.

Así que sí estabas rara esta mañana morrita… mh… mejor ni te cuento lo que pasó entonces… Pensó Juliana aún sonriendo y justo cuando estaba por responder sintió el timbre de su casa. En menos de diez segundos estaba abriendo la puerta pues nunca en su vida había deseado ver a alguien como deseaba ver a Valentina y tenerla entre sus brazos otra vez.

Apenas abrió la puerta Valentina pudo jurar que su corazón volvió no sólo a su posición anatómica sino también a latir con normalidad. Largó un gran suspiro que no sabía que estaba conteniendo y apoyó instintivamente su mano en el marco de la puerta de calle del apartamento, agachando levemente su cabeza. Literalmente entendió el significado de la frase “me volvió el alma al cuerpo”.

“Hey morrita… estás bien?” Preguntó sorprendida y algo preocupada.

“Pues ahorita sí…” Suspiró la rubia mientras levantaba nuevamente la cabeza y se perdía en esos ojos chocolate y Juliana podía ver restos de angustia en esos hermosos y transparentes ojos azules.

“Val, qué pasó?” Preguntó preocupada temiendo por el padre de Valentina mientras le tendió la mano en señal de que entraran al apartamento.