Yellow

Capítulo 36 - Sea of love

Valentina simplemente respiró hondo, lo más hondo que pudo y fijó sus profundos ojos de cielo en el objeto de su afecto. Como ya era su costumbre, inconscientemente mordió su labio inferior y Juliana juró que sintió esa pequeña acción en toda su anatomía.

La respiración de ambas se había vuelto errática, pues Valentina sólo tenía un objetivo claro en mente y Juliana había detectado por ese azul eléctrico tan particular de sus ojos que probablemente ese objetivo la incluía a ella, pero con bastante menos prendas de las que llevaba puesto en ese instante. Instintivamente tragó saliva y sintió cómo su respiración quedó atrapada en sus pulmones.

Valentina continuaba mirando a su cocinera cual cazador a su presa, observando cada pequeño movimiento, cada detalle, disfrutando y salivando con la anticipación, planificando hasta lo más mínimo el cómo, cuándo y dónde atacaría esos labios que tanto bien le hacían. Eventualmente su cuerpo se guió solo, inclinándose hacia donde la esperaba la morena mas hermosa del planeta.

Juliana en ese instante comprendió que Valentina no podía esperar más, que ya no dependía de la voluntad de ambas o de lo que pudiera interpretarse como el tiempo adecuado o el momento justo. La rubia estaba en su lento camino hacia sus labios y la cocinera no haría nada por evitar el contacto.

Finalmente Valentina llegó a su destino e inclinó levemente su cabeza para articular sus labios con los de la morena, esos labios que tan bien se sentían y tan deliciosos eran. Los besos con Juliana habían, así como su relación en general, encontrado su propio ritmo y su propia manera de evolucionar. Comenzaban lento con cada una explorando los labios de la otra y paulatinamente capturaban sus labios entre sí hasta que alguna de las dos perdía la pelea y terminaba abriendo su boca para ir en busca de la lengua de la otra.

Sus ciclos respiratorios también parecían haber encontrado una sintonía fina pues ya las pausas para recargar de aire y oxígeno a los pulmones entre beso y beso no se hacían tan prolongadas.

Valentina parecía no poder parar de devorar esos labios carnosos, cada beso aún más profundo y abrazador que el anterior y el centro de su entrepierna lo estaba poniendo de manifiesto. Tanta temperatura, tanta sangre bombeada a un único lugar necesitaba de algo más por lo que intuitivamente separó su rostro del de la morena lo suficiente como para sentarse sobre el regazo de Juliana, con una pierna a cada lado de su cocinera.

Un gemido bastante audible se le escapó a la rubia y los ojos de Juliana desbordaron de deseo, agradeciendo el contacto más íntimo con la única mujer que despertaba lo más primitivo de sus instintos.

“Oh por dios… Juls…” Exclamó Valentina exhalando con fuerza, con su voz totalmente ronca cuando sintió los labios de Juliana iniciar la lenta exploración de su cuello, dejando un rastro de besos húmedos y los brazos de la cocinera que la envolvían firmemente tomando su cintura y espalda, empujándola hacia su boca.

Valentina inconscientemente comenzó un lento pero preciso movimiento de sus caderas sobre su cocinera, sintiendo un muy suave y leve roce muy donde más necesitaba a la morena.

“Val?...” Sintió como la voz de Juliana la llamaba y el cerebro de Valentina comenzaba a hacer cortocircuito.

Qu-que… es broma? Ya Valentina, lo que te faltaba… daydreaming? Es neta?… ay chava... ya estás mal...

“Oye morrita… Estás bien?” Juliana finalmente se había movido tantito más cerca de su morrita de los ojos de cielo, preocupada por el trance del que parecía no poder salir.

“Oye hermosa” Reiteró Juliana apenas sacudiendo tiernamente la mano que sostenía entre las de ella y enfocándose en esos ojos azul eléctrico. Notó cuán dilatadas estaban las pupilas de la muchacha y pudo precisar el momento en el que Valentina volvió a conectarse con ella.