Juliana comenzó su seguidilla de besos de la forma más lenta que pudo, intentando imprimir en los labios de Valentina todo lo que estaba sintiendo por ella.
La rubia sintió la necesidad de su cocinera e inconscientemente la tomó por la cintura atrayéndola hacia su cuerpo, por lo que Juliana se encontraba entre sus piernas y sus brazos rodeaban el cuello y hombros de Valentina al tiempo que los brazos de la chica no se despegaban de su cintura.
Valentina definitivamente no podía procesar todo lo que estaba sucediendo y con cada nuevo beso, con cada nueva caricia o con cada nueva mirada perdía trozos de voluntad y raciocinio. Aparentemente Juliana no le daría un respiro esa noche y no sabía cómo haría para seguir conteniendose, pues estaba a tres besos de comenzar a desvestir a su cocinera.
Juliana podía sentir en cada fibra de su cuerpo cómo se acumulaba la tensión y la necesidad de tocar, besar y acariciar cada rincón de la anatomía de su morrita. Podía percibir cómo los labios de la rubia buscaban los suyos con creciente necesidad en cada nuevo beso que iniciaban. Y también podía notar la propia necesidad transladada a sus besos.
La morena sabía que no era una cuestión de tiempo ya pasar la noche con su novia pues el amor no siempre entiende de cantidad de horas, días o minutos. También sabía que no sólo quería, sino más bien necesitaba, que Valentina fuera la primera persona a la que ella se entregaba. Y realmente deseaba que ese momento fuera especial y cargado de intensidad, algo que ambas pudieran recordar por el resto de sus vidas.
Todas esas razones se acumularon a tiempo pues unos cuantos besos más y ya nada hubiese puesto freno a la libido de ambas. Juliana estaba escondida en el cuello de Valentina y la rubia tenía su mejilla apoyada sobre el hombro de la cocinera. Ambas respiraciones debían normalizarse antes de poder siquiera contemplar moverse de donde estaban.
Valentina no entendía muy bien cómo era posible que algo así le estuviese sucediendo pero no podía parar de agradecer al universo por encontrar a la morena. Nunca jamás había sentido ni una octava parte de lo que estaba experimentando en ese instante, como cada átomo de su cuerpo vibraba a otro ritmo y con otra intensidad cuando Juliana la besaba así, sentirla entre sus piernas y saberse entre sus brazos.
“Juls…” Suspiró Valentina apenas bajando unos metros de la estratosfera en la que se encontraba flotando.
“Ya sé morrita…” Contestó sonriendo en el cuello de su novia e inhalando su fragancia una vez más antes de despegarse de allí y hundirse en esos ojos azules hiper eléctricos. Una idea apareció en su cabeza y su sonrisa se hizo aún más grande y luminosa.
“Qué estás pensando mi vida?” Preguntó Valentina levemente sonriendo pues esa luminosidad era contagiosa.
“Bailarias conmigo morrita?” Juliana no esperó a que Valentina pudiera ni siquiera comenzar a negarse que se separó de su novia mientras buscaba una canción en su móvil.
“Pero Juls no… yo no… tengo dos piernas izquierdas para bailar…” Valentina intentaba convencer a su cocinera de que era una muy mala idea bailar con ella.
“Val… no te preocupes, lo harás bien mi cielo” Le aseguró a su hermosa compañera mientras giraba sobre su eje y sentía como Valentina la tomaba por la cintura y apoyaba su mentón en su hombro.
“Pero es que la neta Juls… no sé bailar” Admitió tímidamente y Juliana soltó una pequeña carcajada.
“Es que justamente es eso… no es una coreografía, sólo tienes que dejarte llevar por el ritmo…” Dijo Juliana mientras volvía a su posición original para quedar frente a la mujer que la traía sin aliento y no pudo evitar derretirse cuando vio el miedo en esos ojitos hermosos.
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Yellow
FanfictionHola!! Esta es una historia pensada para usar los personajes de Amar a Muerte pero en un contexto completamente diferente, algo así como una versión mezclada y adaptada de Amar a Muerte y la película ¿Conoces a Joe Black? Espero que les guste! Si bi...