Yellow

Capítulo 43 - (I've had) The time of my life

Valentina dejó escapar un hondo suspiro que no sabía que estaba conteniendo. Inmediatamente sus mejillas se sonrojaron tantito más de lo que ya estaban y una bandada de mariposas recorrieron todo su interior. Nunca creyó que escuchar esas palabras podía sentirse así.

“Yo también te quiero” Contestó con total sinceridad pues ciertamente no era algo que quería repetir ni soltar a la ligera, lo estaba sintiendo y estaba agradecida de que la cocinera le acabara de dar la oportunidad de verbalizarlo también.

Se miraron profundamente. Respiraron aún más profundamente. Sonrieron desde el alma. Ambas anticipando lo que finalmente ninguna de las dos quería ni podía seguir posponiendo.

“Ven aquí” Dijo la morena zambulléndose de lleno en esos labios que tan enamorada la traían.

Sus besos retomaron exactamente donde habían dejado antes de ingresar a la habitación de la cocinera, ambas tomándose el tiempo para explorarse mutuamente y reclamar el control sobre los labios de la otra. Juliana la envolvió entre sus brazos suave y lentamente, comenzando la recorrida de sus manos sobre sus caderas para luego ascender por su espalda no sin antes colarse por debajo de su blusa.

Valentina soltó un breve gemido el cual retumbó en toda la boca de su compañera y provocó que la morena reciprocara el sonido al sentir la delicada y suave piel de Valentina bajo sus manos por primera vez.

“Podría hacer esto todo el día…” Aseguró la cocinera en un alto el fuego momentáneo. Valentina estaba luchando por mantener algún tipo de patrón respiratorio compatible con la vida luego de que sus manos hicieran lo propio por debajo de la ropa de Juliana.

Siguieron acariciándose mutuamente mientras mantenían ese intenso contacto visual hasta que fue Valentina quien no pudo más y, mordiéndose el labio inferior, comenzó a remover la pieza de indumentaria que ya tanto le molestaba del cuerpo de Juliana.

La cocinera sonrió consciente del efecto que estaba teniendo sobre su novia e imitó su acción, ambas maravilladas de ver a la otra usando nada más que un sostén y pantalón pues calzado y soquetes habían sido descartados camino a la habitación.

“Eres tan hermosa…” Aseguró Valentina embobada con el hermoso paisaje que representaba la piel canela de su cocinera. Juliana era sin ningún lugar a dudas perfecta pues todo acerca de ella era sexy y hasta algo peligroso, pero era un peligro que Valentina quería y necesitaba experimentar.

“Ven” Simplemente solicitó la morena cargada de pasión y acortó lo mínimo que quedaba de distancia con la rubia, ambas suspirando profundo cuando sintieron el pleno contacto de sus pieles casi desnudas.

Los besos esta vez escalaron en intensidad y duración con Juliana guiandolas suavemente hasta su cama donde se ubicaron exactamente en el centro y con la cocinera sobre su novia. Los labios de la morena parecían tener vida propia pues no conformes con besar y morder los de su novia fueron en búsqueda del cuello de Valentina.

La respiración de la rubia comenzaba a hacerse cada vez más errática a medida que su novia dejaba un rastro bastante identificable de besos húmedos y algún que otro leve mordisco desde la delicada línea de su mandíbula hasta su clavícula, no sin antes desviarse y divertirse un buen rato en la región trasera de su oreja. La morena tomó nota mental de las reacciones y gemidos que obtuvo de Valentina, especialmente cuando mordisqueó el lóbulo de su oreja izquierda.

“Juls…” Suspiró Valentina con un todo cargado de deseo.

Su cocinera pronto volvió a deleitarse con sus labios pero esta vez entró en su boca y la reclamó como propia sin previo aviso, señal del desenfreno que le estaba provocando. Mientras esos besos se extendían más de lo que ambas habían anticipado las manos de Valentina no paraban de recorrer cada centímetro de piel expuesta de su cocinera; su espalda, sus brazos, su abdomen, jugueteando con el elástico de su sostén.