A FAVOR DEL AMOR

Capítulo 52

Dicen que lo prometido es deuda, pues bien, aquí vienen llegando las respuestas a esas peticiones, primero el episodio amablemente caliente que por ahí algunas pidieron y les diré que este dará inicio al desenlace que ya viene irremediablemente de esta aventura. Y de antemano quiero agradecerles por la acogida brindada y por ese cariño. Particularmente no soy de las personas que tienen muchas interrupciones entre capítulos  llenando espacios vacíos con votos, simplemente soy del tipo una notita por ahí y eso. En segundo término, para no hacer esto tan largo ahí les dejo un capítulo bastante largo como lo prometí,  que espero disfruten. Y bueno, me gustaría conocer sus comentarios del capítulo. Y pues nada. PURA VIDA. 

     Fue un día de locos. Albert, Carlos y Silvio descienden de un taxi frente a un cine, a casi seis cuadras del hotel en el que se hospedan. En el camino van discutiendo qué es lo que a continuación procedía. 

     —Silvio no creo que algo así vuelva a repetirse, pero ...seguimos en las mismas. Sólo hemos corroborado que Leticia está implicada pero no hemos identificado al jefe de toda esta mierda.

     —Sin dudarlo hermano, pero al menos hemos identificado a dos de los tipos que andaban con Leticia, sabemos que son extranjeros y que ella es algo así como la embajadora de los narcos o la mierda que sean —comenta Carlos extrayendo un cigarrillo de la cajetilla de su bolsillo izquierdo.

     —Pase lo que pase no podemos exponernos porque sí, primero que nada hay que tratar de indagar quién está detrás mío. —Expresa Albert cogiéndose las sienes, y haciéndose ligeros masajes circulares. —Ya había olvidado que el licor siempre me hace daño, y ahora tengo un dolor de cabeza de los mil diablos, antes pasaré a comprar analgésicos. 

     —Vayamos todos,  Albert. A estas alturas del partido ya todos estamos envueltos en esta odisea. —Comenta Silvio—Observando que Carlos y Albert asienten en conformidad con lo que acaba de exponer.

     Un par de cuadras adelante Albert compra analgésicos y una botella de agua, pero siente que es observado. Detalle que comparte también Silvio y Carlos, por ello regresan hacia el cine ingresan a los sanitarios de este y se quedan allí algunos minutos. Al salir tratan de ir siempre por las calles menos iluminadas, pero al llegar a la esquina los tres se separan. Minutos más tarde coinciden en la recepción del hotel algo nerviosos. 

     —Al parecer nos seguirán buscando, quiero creer por las siguientes 8 horas que esto fue sólo una paranoia, porque ya estoy con la cabeza hecha un caos y como cereza del pastel me cargo un dolor de cabeza de los mil demonios.

     —Para ello nuestra única pista es ir con Leticia, sólo ella puede llevarnos a ese fulano. —Dice Silvio dándole la mano en señal de despedida a Albert y Carlos.

     —Cierto chicos —Comenta Carlos dirigiendo sus pasos a la habitación que comparte con Clemente, y dándose un apretón de manos al despedirse de Silvio y Albert.

     —¡Hola mi vida!, oh ya duermes.—Comenta Albert al ingresar a la habitación y encontrarla a oscuras.