A FAVOR DEL AMOR

Capítulo 32

Bostezando hacia el pasillo que conduce a la sala ingresa Ellen envuelta en una bata para darle un beso de buenas noches a Albert.

—¡Buenas noches chicos!, Amor ¿puedes venir un momento? —llamó a Albert Ellen para entregarle el controlador del video monitor del cuarto de los bebes.

—Claro, mi vida —Dice Albert mientras se incorpora del mueble y se dirige hacia Ellen y la abraza desde la cintura con un brazo para darle un beso de buenas noches, pues era más que obvio que el se quedaría un poco más tarde despierto.

—Ve calentando las sábanas amor que enseguida voy a continuar lo que nos interrumpieron,—susurra Albert apretando y cogiéndole una nalga a Ellen dándole un beso apasionado en los labios.

—Bien te espero cariño, pero no tardes mucho porque estoy muerta de sueño. —Dice coqueta Ellen, a pesar del cansancio de todo el trajinar del día con los tres niños.

—No te preocupes por eso, ve durmiendo y sueña conmigo, que prefiero despertarte para nuestra sesión amatoria que hacerte esperar, y por los niños no te preocupes, yo me encargo de ellos, se que tocará alimentarlos en 45 minutos más. Ve bonita. —Dice Albert con mucho cariño mientras espera que Ellen desaparezca tras el pasillo que conduce a su habitación.

—¿Albert?,... ¡ya hombre! pareces perra en celo, déjala dormir pobre mujer, todo el día anda amamantando a tus hijos entre otras cosas y encima casi te la tiras ahí, ¡yo te vi!, cabrón, mejor masturba tu mente y eyaculanos ideas porque ya mismo tenemos que ver cómo le hacemos con esos tipos. —decía Silvio, bastante preocupado, haciéndole señas a Marcelo de abrir un expediente que éste traía bajo el brazo.

—Albert, antes que nada debes de saber que, aunque yo no tengo mucha vela en sus entierros, creo que la conexión directa del atacante y tu; es un ajuste de cuentas. Debes de recordar que te has metido hasta las narices, cortando todo nexo con los narcotraficantes que habían envuelto al viejo, en el poder judicial y te has metido hasta las narices metiendo preso hace casi mes y medio a un congresista por corrupción y lavado de activos en las constructoras más prestigiosas del país. Y eso no es cosa de broma. Ese tipo era el único nexo con el poder judicial que tenían y ahora no tienen a nadie por sus culpas. Pues tu Silvio, también estas manchado—comentaba preocupado Marcelo.

—Así es bro, necesitamos que estés un tiempo bajo sombra, a ver si así disipamos el interés de querer usarte para tiro al blanco, y sirve como para que le des un par de manos con los niños a Ellen. —Explicaba Silvio tratando de encontrar más tiempo para que el cabecilla se delatara.

—He pensado que ambos deben de vivir juntos, así será más fácil que no sospechen el paradero de Albert, sobretodo si sólo te ven a ti ir al bufete. —decía Marcelo porque después de todo, ahora es Albert con quien quieren probar su puntería, mientras que tú Silvio aún estás pasando desapercibido, pero tampoco debes de subestimar a esa gente. En realidad objetivamente hablando los dos están en peligro.

—Se olvidan que yo debo de asistir al conservatorio a dictar clases de lunes a viernes, —manifestaba Albert pensando que la idea de permanecer bajo sombra no era una opción muy viable, pues al fin de cuentas Albert debía de ausentarse diariamente de lunes a viernes.

—Mira bombón creo que si te jubilas de una vez del conservatorio, tus alumnos estarán mejor que nunca, además, sirve y mejor enseñas a tus hijos a cantar gorgogeos en do mayor, pues cuando chillan se me quita las ganas de ser padrino, además si dejas de dar clases nadie lo notará, no eres tan prescindible.—Señala Silvio mordaz

—Se nota que no sabes nada, sólo para que sepas te voy a decir que soy uno de los profesores más queridos y el principal de entre cuatro colegas, que nos dedicamos no solo al solfeo con los chicos sino también debemos de trabajar técnicas vocales y modos de acoplarse a la sinfónica de acuerdo al solfeo mismo,  son muchas cosas las que estoy trabajando con el grupo y no los puedo dejar a su suerte estando próximos a salir de este trimestre, sólo estoy a cuatro semanas de acabar afinaciones. No puedo simplemente faltar o renunciar eso que dices es simplemente imposible. —Argumentaba Albert contrariado.