Cap 2

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Yuuri con una mano masajeaba la cíen en la parte superior de su cabeza y con la otra tocaba su barriga, Viktor nikiforov era todo un personaje, le costaría más de dos meses hacer que una persona como él cambiara su actitud, incluso dudaba si podría hacerlo, sabía cómo Viktor lo estaba viendo cuando llegó, antes de notar su embarazo, sabía cómo lo empezó a ver después de revelar su embarazo, estupido alfa; el celular del omega vibró llamando su atención, lo tomó y checo el usuario, "papa #1" decía en la pantalla, el cuerpo de yuuri se retorció en un escalofrío, su mano comenzó a temblar al momento que aceptaba la llamada y su estómago se endureció cual roca causándole un gran retortijón.

-hola?- contestó nervioso el omega mientras que del otro lado se escuchaba un gran suspiro

-porque tardaste tanto en contestar?- la voz de notaba enojada, con un tono que hacía querer a yuuri colgar en ese instante

-l-lo siento cariño, es-estaba en consulta- intentaba yuuri responder pero su voz se quebraba y su garganta empezaba a arder

-aún no entiendo como puedes estar trabajando cuando deberías de estar en la casa, reposar por nuestro pequeño yurio y hacer la comida, como los omegas normales- se escucho del otro lado de la línea la voz de ese alfa intimidante

-lo- lo se cariño, en unos meses estaré en casa reposando, ahora tengo un cliente importante y...- en realidad no pudo seguir por un brusco chasquido de lengua de parte de la otra parte de la línea telefónica

-no te pregunte tú día o si?, de todas formas al parecer te importan más tus clientes que yo, por lo que veo tendremos que resolver esto en la casa- amenazo

-no no, por favor, no, te lo suplico- Rogó yuuri pero la llamada ya había sido cortada

Su mano calló dejando ir su celular al suelo, lágrimas comenzaban a rodar mientras el se dedicaba a abrazar su aún pequeño estómago, ya no quería, ya no lo podía soportar, llevar suéteres o chamarras a muchos lugares le era incómodo, el incluso había creído que con el embarazo algo sería diferente pero no, todo era igual, porque seguía ahí?, porque seguía con el?, alguna vez lo amenazo con dejarlo y el amenazo con secuestrarlo, violarlo y matarlo, temía por su vida, pero ya no estaba solo, tenía a su pequeño yuri en su estómago, a una pequeña criatura que sin haber nacido ya amaba; tal vez el cambiaría si lo viera, pensó yuuri, tal vez el nacimiento del pequeño que tanto esperaba haría que su duro corazón se transformara solo para el.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora