Cap 18

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Aquella gran sonrisa no salía de los labios de Viktor, era sorprendente, enserio le podían suceder cosas buenas a él, lo hacía sentir feliz.

Viktor se encontraba tomando la mano de su amado, observaba aquel anillo en su mano y no podía evitar sonreír, como más podía reaccionar. Apenas habían pasado unas cuantas horas, las felicitaciones de los padres de Viktor y aquel climax ambiental que Viktor había logrado producir seguían resonando en la mente de yuuri, su corazón latía rápido, se encontraba emocionado, en realidad esta era felicidad?.

-tú tienes en cuenta que ellos no son mis padres, cierto?- comentó Viktor rompiendo el silencio romántico del cuarto de hospital; yuuri lo miró sorprendido y asintió a lo cual Viktor lo miró directamente a los ojos y le sonrió- ellos son las personas más especiales en mi vida pero en algún momento les hice mucho daño... yo fui dado en adopción a la edad de tres años, en realidad recuerdo muy poco de mi madre original, tal vez mi único recuerdo es una mujer muy joven, tal vez de diecinueve años, con pelos plateados; después de mi llegada había empezado a sufrir acoso de otros huérfanos gracias a mi complexión pequeña y delgada, peleas, etc. Hasta el día que me dijeron cual era mi género, había obtenido un "alfa sangre pura", al principio no lo entendía, ni siquiera las mismas hermanas del convento lo lograban entender, pase por varios análisis hasta llegar a la conclusión de que si era lo que en verdad soy; después de eso las peleas aumentaron, yo era el principal causante de ellas, los acosos hacia mi disminuyeron, pero en realidad nada mejoraba. Cuando cumplí los nueve años llegué a la conclusión que nadie me adoptaría, que sería una pérdida de tiempo adoptarme; las parejas buscan a cachorros bebés o menores de seis años, nadie adoptaría a un alfa de nueve y mucho menos sabiendo que es sangre pura. Mis pensamientos fueron así hasta que llegaron ellos, el primero que vi llegar por esa puerta fue un omega, lo reconocía por su olor, su pelo era semi rosado, su piel blanca y sus ojos de un hermoso color miel, quede hipnotizado; lo observaba desde una esquina, me gustaba ver como los niños sonreían cuando alguna nueva pareja los elegían. Pero de pronto este omega volteo a verme, yo había quedado en shock, el siempre me comentó que había sentido un click el cual lo obligó a voltear; se acercó con una sonrisa rápida hacia mi y me saludó, su forma de hablar me causaba risa pues el no era de ahí; se presento diciendo que su nombre era bruno, estiró su mano hacia mi y yo la acepte, desde ese momento ambos hicimos click, desde detrás de él apareció un hombre alto, fuerte, de complexión un tanto brusca,  era de piel trigueña, cabello negro y ojos azules, Yo no podía percibir su olor pero creí que era un alfa por su aspecto. Se presento diciendo que su nombre era alek, el si lograba hablar bien ruso- comentó Viktor para luego volver en si y mirar a yuuri quien intentaba no carcajearse, era una historia muy tierna, por el momento- después ellos me adoptaron, me encontraba emocionado, primero vivimos durante un año en Rusia, solían llevarme a muchas partes, tomarme de las manos cuando cruzábamos las calles o cuando estábamos caminando por las plazas, después de eso nos dirigimos hacia Alemania el cual es de donde viene bruno, mi madre, descubrí que mi padre era un beta con complexión de alfa, me presentaban con sus familia, me hacían grandes banquetes de celebración, incluso descubrí que era celebrar o navidad o mi cumpleaños. Empecé a patinar, muy pronto un gran entrándole descubrió mi talento, desde esa vez mi vida de volvió un caos, tal vez me hacía de mucha fama pero mi humos cambiaba, el echo de darme poder me hacía sentir que era superior a todos, nadie me podía hacer nada, pelee con mis padres, me regrese a Rusia y seguí patinando, hasta ese día en el incidente con el beta, tal vez yo estaba muy frustrado esa vez, tal vez el estaba en el momento menos indicado, pero gracias a eso te conocí, se que no es una excusa para golpear a alguien, pero enserio agradezco al destino conocerte- le dijo Viktor para luego besar los labios del omega

Yuuri no pudo evitar soltar unas pocas lágrimas, en realidad se sentía muy feliz, en serio le había contado algo tan personal; el pequeño dentro del vientre del menor se empezó a remover y Viktor soltó un par de carcajadas, Viktor los abrazo a ambos y empezó a esparcir fermonas por la habitación, entonces yuuri pensó que se sentía tan perfecto tener una familia así, que pronto no sabría como vivir sin ella.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora