Cap 5

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Yuuri suspiro, había sido un gran día, algo exhausto pero feliz, toco su vientre y lo acaricio, ya ansiaba ver a su pequeño cachorro y tenerlo entre sus brazos.

Yuuri katsuki, un omega de veinticuatro años de edad, aveces parecía un poco mayor, aveces un poco menor, se encontraba esperando ansioso la llegada de su primer hijo, tenía cinco meses de embarazo, un gran bulto de notaba en su estómago. Yuuri llevaba comprometido casi cuatro años con Emil nekola, un checo el cual sería el padre de su hijo; su vida no era perfecta, lo entendía, aunque tal vez era su forma de ver el mundo el cual lo impedía dejarlo, el miedo, la vergüenza.

Habían comenzado como la típica pareja, todo parecía perfecto hasta el día de su compromiso, el momento en que se mudaron juntos, cuando Emil empezó a ver que su omega tenía más éxito que el, comenzaron las peleas, discusiones por la llegada del alfa a altas horas de madrugada, la depresión de yuuri aumentó al tener en cuenta que este lo engañaba, las violaciones de este cuando llegaba borracho, los desayunos de disculpa, los besos que ya no eran sinceros, los golpes que se solucionaban con un abrazo, era toda una vida juntos y ahora tendrían un bebé en Rusia, tal vez era su testaruda mente diciéndole que el podía cambiar a todas las bestias que cruzaran su camino, lo que él no comprendía, había bestias las cuales no deseaban ser salvadas.

-te subirás?- pregunto el alfa en tono molesto indicando a yuuri el asiento del co piloto

Yuuri entró nervios a la camioneta y abrochó su cinturón, el estómago de yuuri se tensó a tal punto de volverse duro, le daba miedo estar con su propia pareja, no temía por el, temia por su bebé.

Hacía tiempo yuuri había dejado de vivir su vida, trabajo, hogar, llanto, siempre igual; hacía tiempo yuuri había intentado acabar con ese ciclo sin fin, todo para acabar en el hospital, moribundo y con la noticia de su embarazo, de cierta manera eso lo alegró, lo impulsó a seguir con la vida que siempre quizo, a tener una nueva razón para querer vivir.

Yuuri miró a su esposo el cual manejaba, su expresión era seria, su pelo rubio tapaban un poco su cara ocultando aquellos ojos azules que alguna vez lo vieron con amor.

-qué piensas?- pregunto Emil al sentir la mirada de su omega encima

-yurio tal vez se parezca a ti- agrego yuuri feliz

El único tema que ambos tenían en común en esos meses era su pequeño bebé, el había llegado para unirlos, parecía casi perfecto, las peleas habían disminuido, la ausencia de Emil había desaparecido, los golpes, los engaños, ya tenían un porque seguir juntos.

Emil no respondió nada, se limitó a sonreír de lado; yuuri en cambio abrazo su estómago feliz sintiendo como poco a poco se iba normalizando, amaba más a su pequeño que a su propia vida, daría todo por el, incluso si eso significase que tuviera que sacrificar su vida con una bestia el cual no lo quería, pero tampoco lo quería dejar ir.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora