cap 30

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incluso si intentáramos averiguar cuánto tiempo yuuri katsuki llevaba planeando la boda de sus sueños podríamos regresar en el tiempo, tal vez a cuando tenía tres años.

El pequeño yuuri era sonriente, amable, bondadoso y tierno, amado por muchos en aquel pequeño lugar que lo vio crecer, no entendía de los roles de género, el era su propio príncipe del castillo hasta el día en que cumplió tres años; la edad determinada para discutir el rol de género que se le había asignado al nacer, minako y Toshiya ansiaban escuchar que su pequeño había nacido alfa, como su hermana mayor, aunque para desgracia y fortuna de ellos los exámenes dieron omega. Desde ese momento yuuri katsuki fue criado como tal en su familia tradicional, enseñando lo que se supondría haría un omega aunque sin olvidar que también el era dueño de su propia vida.

A partir de ese momento yuuri comenzó a planificar su boda soñada, al principio se supondría sería en un castillo, el entrando con un gran vestido y su alfa con un caballo entrando en una dramática escena; a los once años el sueño cambió, sería en una iglesia, una grande, la más hermosa que pudiese encontrar, con un traje blanco y su alfa estaría frente a el altar esperándolo ansioso, flores volarían a su alrededor mientras caminaba por el pasillo con un fondo de marcha nupcial; a los catorce soñó con una boda en una iglesia gótica de Italia, muchos invitados ansiando verle pasar, el entraría con un fino traje blanco de cola con un velo que arrastraría por todas partes, su prometido obvio tendría que ser un príncipe, miles de flores volarían a su al redor mientras los aplausos los envolviese y sus labios se besaban con los de su ahora esposo; después su vida dio un gran cambio, a los dieciséis empezó a estudiar de intercambio en el extranjero, comenzó en américa, ditroit, ahí conoció al que seria su mas grande amigo, pichit, un alfa. a los dieciocho fue enviado a Rusia donde comenzaría y terminaría su carrera en psicología.

después de eso conoció al que se convertiría en "el amor" de su vida, un alfa el cual le quito todos aquellos sueños que alguna vez tuvo acerca de una boda, acerca de una familia, acerca de una felicidad.

tal vez había empezado como amor, luego terquedad y al final como miedo, desesperación, ansias, miles de emociones hasta que yuuri llego a la edad de veinticuatro años, en una sala de hospital, comenzando con un pequeño ardor de estomago para terminar siendo la cosa mas importante de su vida; después de eso las cosas comenzaban a iluminar la vida de yuuri, parecía perfecto, por un momento, los golpes y pelar pararon los primeros tres meses, las risas comenzaban a hacerse presentes, volvían los besos tiernos, las caricias, el amor, la llama, todo por un momento.

Incluso si yuuri intentara solucionar su mente, si intentara hacerse una consulta hacia el mismo daría por echo que era un completo idiota segado por el amor y el miedo, el echo de no saber diferenciar aquellas emociones lo llevaron a extremos, cosas que se podrían haber evitado, cosas que podrían jamas haber sucedido, pero en verdad eso no lo cambiaría por nada, entendía que estaba mal, pero al menos una pequeña cosa había salido bien, una pequeña cosa.

pero la vida era de avances, se olvidaría de lo que alguna vez sucedió, tenia que hacerlo, lo haría por el mismo, por sus hijos, por su amado, por el mundo, por todos y por nadie

en aquellos momentos se volvía a sentir de quince años, tendría que escoger una iglesia, un traje, un vestido, un banquete, recepción, tantas cosas que lo emocionaban, lo hacia feliz el saber que no solo era el escogiéndolo si no también viktor, era algo de gran ayuda, su boda seria precipitada, en un mes, necesitaban todo, no querían esperar mas; a ojos de la prensa la boda mas esperada del año.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora