Cap 44

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Tal vez aquellas vacaciones no habían comenzado de el todo bien pero Yuuri katsuki se encargaría de que se convirtiera en unas inolvidables. Tan temprano como pudo se alistó y dirigió al cuarto de sus pequeños, ellos yacían plácidamente dormido el uno junto al otro en aquella cama que alguna vez le perteneció a él. Leo había dormido esa noche con ellos a pesar de yuuri explicarle que la cama era muy pequeña para los tres, aunque al parecer, los pequeños mayores se encargaron de que los tres entraran perfectos. al entrar el primero en abrir sus ojitos fue leo el cual recibió con una sonrisa a yuuri y este le respondió igual, el omega mayor hizo señas de que no hiciera ruido y este se rió haciéndole caso.

yuuri tomo al pequeño entre sus brazos y lo saco de la habitación con dirección al baño.

-pequeño leo, que te parecería ir a dar un paseo?- pregunto yuuri bajando al pequeño de sus brazos y empezando a quitar su ropa

-me encantaría!!- respondió el pequeño emocionado mientras alzaba sus brasitos y dejaba a yuuri seguir con su acto

el omega rio por lo bajo y metió al pequeño al baño y comenzó a cepillar su pelo mientras este jugaba con el agua y reía al sentir como yuuri le hacia cosquillas; después de unos minutos yuuri seco al pequeño y vistió con lo mejor que encontró, el resto de su familia aun parecía dormir plácidamente a lo cual estos salieron silenciosamente.

el frio aire mañanero golpeo el rostro de el pequeño por unos instantes y congelo su sonrisa, yuuri se paro frente a su hijo y poniéndose a su altura lo cubrió con la bufanda que el traía.

-no quiero que te resfríes- expreso yuuri en una sonrisa a lo cual los ojitos de el pequeño brillaron de la emocion

caminaron por las orillas de el mar mientras observaban el amanecer y sentían como sus narices se congelaban, el pequeño tomaba fuerte la mano de yuuri mientras observaba su al rededor, a pesar de ya haber pasado tres años desde su llegada a esa familia era el primer viaje a japon que el hacia, otro viajes habian sido a estados unidos o alemania; se encontraba feliz, se sentia bien. Yuuri por su parte se emocionaba al sentir El Fuerte agarre de aquel mini alfa, le gustaba, era tan pequeño y dependiente de el que lo amaba, esa sensación de sentirse necesitado era lo que lo hacía amar ser madre.

-Mami, a donde vamos?- pregunto el pequeño confundido aun observando a la orilla de el mar y su amanecer

-pronto lo descubrirás pequeños leo- expreso yuuri contento para seguir caminando- sabes, han pasado muchas cosas en este viaje, ya todos nos dimos cuenta, no?- bromeó un poco riendo por lo bajo- nunca imagine que eso pasaría así, es decir, siempre soñé con una gran familia, muchos pequeños hijos y una hermosa casa, es lo que ahora tengo...- mencionaba yuuri divagando

El pequeño miraba confundido a yuuri y este lo miró de vuelta, ese no era su punto y ahora solo hablaba incoherencias alguna. El omega mayor sonrió y tomó al pequeño entre sus brazos para seguir caminando.

-a lo que me refiero es, mi pequeño leo, nunca dudes de el amor que te tengo ni tampoco de el que tú puedas dar, solo quiero que seas feliz como yo o mucho más, siempre estaré para ti- expreso el omega mientras pegaba sus labios a la mejilla de el mini alfa y daba un gran beso

El omega bajo su cara hasta el cuello de su hijo y comenzó a hacerle cosquillas sacando grandes carcajadas de este el cual se removía de arriba a abajo entre risas.

-oh mi querido yuuri, sigues tan hermoso como el día que me fui- se escuchó una voz gruesa llamar por detrás

Aquellas palabras bastaron para hacer que el omega parara su paso y su piel se enchinara. Poco a poco saco su rostro fuera de el cuello de El Niño y escondió a este en su pecho mientras volteaba lentamente, en serio esas no serían sus vacaciones.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora