Cap 57

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Había mucho que asimilar, uno de sus hermanos mayores pronto tendría un bebé, otro de sus hermanos mayores se encontraba en peligro y en verdad el aún no sabía porque, y por último pronto entraría a la pubertad, mucho que asimilar para alguien que apenas cumpliría once años.

Leo, el pequeño de los nikiforov se encontraba encerrado en su cuarto mientras jugaba con su teléfono, acababa de despertar y solo quería algo de paz en su ahora alocada familia.

Mientras checaba sus redes sociales notaba que su familia era muy nombrada, eso lo hacía reír porque además de haber chismes de ellos igual había algunos memes o ediciones muy artísticas, incluso aún le lograba sorprender el echo de que el fuera muy conocido e incluso amado, teniendo un muy pequeño grupo de fans, comparado con los de sus hermanos.

-pequeño leo!!- se escuchó un grito

Antes de que el joven alfa pudiera ver quien era ya había alguien sobre de el aplastándolo.

-yuri!- bromeó el joven alfa riendo debajo de su hermano

-que tienes pequeñin?, no notaste ni cuando entre- pregunto el rubio bajándose de el menor y sentándose en la orilla de su cama

-nada, porque preguntas?- cuestionó el pequeño nervioso volteando su vista evitando la de su hermano

-leonardo nikiforov katsuki, hoy es tu cumpleaños y no haz bajado a tomar tu abrazo y desayuno especial de mamá- regañó el rubio haciendo que el pequeño lo mirara algo sorprendido y checara la fecha en su celular; el rubio suspiró y se recostó al lado de El Niño mientras acariciaba sus cabellos y repartía un par de fermonas por su habitación- qué pasa?, somos familia, puedes decirme lo que sea, soy tu hermano mayor pero igual puedo ser tu mejor amigo, así como Jean y yo- el rubio le sonrió intentando dar confianza

El pequeño lo sabía, eran hermanos y amigos, pero, podría ahora abrumarlo a él con sus problemas cuando el ya tenía los suyos?. Sin poder prevenirlo las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, Yuri sin perder tiempo lo pegó a su pecho intentando calmarlo aunque este comenzó a desahogarse llorando cada vez más, liberando todo lo que llevaba guardando ahora, porque seguía sintiéndose indiferente cuando estaba con su propia familia?.

Después de un gran rato el llanto se digno a irse, El Niño se quedó abrazado de el pecho de su hermano, era cálido, casi como el de su madre.

-no quiero ser una molestia...tú...tienes tus problemas, tienes tu vida, Jean tiene la suya...me siento patético, solo se dibujar, incluso aún no me puedo decidir si aceptar a un omega de mi clase que me confesó sus sentimientos...- El Niño titubeaba mientras el rubio escuchaba atento y apretaba su agarre

-esto no significa que seas menos para nadie, eres nuestro hermano menor y Jean y yo siempre estaremos para ti, mis padres siempre estarán para escucharte, jugar, no quiero que te sientas solo, eres mi pequeño Niño y siempre lo serás....además de aquel chico omega...- bromeó un poco el rubio intentando aliviar el ambiente sacando una carcajada de su hermano

-es solo un chico de mi grado, es muy bonito, sus ojos son verdes, incluso solemos intercambiar apuntes y el siempre deja mensajes bonitos en mis libretas, cuando me lo dijo mi corazón latió muy fuerte y no pude responderle así que salí corriendo en dirección al carro de mamá, aunque aún no se si quiera hablar conmigo- titubeó el pequeño para después dar un gran suspiro Sacando una gran carcajada de su hermano

-es algo muy bonito, acércate, dile lo que sientes. Muchas veces Jean y yo tuvimos esas oportunidades pero siempre creímos que la gente se acercaba a nosotros con otro tipo de intenciones...pero tu, por lo que escuche el té quiere en serio y además...ya checaste tus mensajes de celular?- pregunto el rubio de forma de burla haciendo al joven castaño voltear rápido

El castaño tomó su celular y notó cómo acababa de llegar un mensaje de aquel omega, sus mejillas se ruborizaron y su corazón se agitó.

"Hola...feliz cumpleaños, ojalá la pases bien y...por favor, no quiero que nuestra amistad sea incómoda porque te confesé mis sentimientos"

El alfa sonrió y sin tardar mucho respondió aquel mensaje intentando explicar sus sentimientos, el rubio por su parte observaba todo y sonreía orgulloso.

Por la puerta entraron Jean, viktor y Yuuri sosteniendo un pastel sorprendiendo al joven alfa el cual rapido dejó su celular y corrió a los brazos de sus padres, tal vez eso era lo que necesitaba, un cálido abrazo familiar.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora