Cap 58

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Su vida ya no era relativamente "normal", algunos problemas, percances y giros en su historia, pero el amor triunfaría, no es así?, siempre como en los cuentos de hadas.

Yuuri se levantaba como cada, observando aquel blanco y ya un poco arrugado rostro de su muy guapo esposo, aveces lo observaba por varios minutos hasta que el despertara dejando ver sus somnolientos ojos azul celeste sonreírles. Aunque esa mañana no era así, observo rápido aquel bello rostro, aquel despeinado cabello y esas perfectas líneas que yacían al lado de sus ojos y de su boca, sonrió y se levantó cuidadosamente, salió de su habitación y fue a la de Yuri, ahí estaba, su hermoso bebé dormido profundamente en una posición un tanto incómoda aunque en verdad parecía no importarle mucho, sostuvo un poco su risa y se fue, hizo lo mismo en la habitación de leo, el simplemente era un ángel, un ángel el cual tenía mucho cabello sobre su cara.

Su vida cotidiana era así, despertar, ver su fabulosa casa, ver a sus hermosos hijos, aunque en ese momento le faltaba Jean el siempre estaría esperando por su visita para poderle llenar su cara de besos, porque así era el, Un omega nipon el cual disfrutaba aquellas pequeñas cosas como su familia o su vida, siempre viendo su lado positivo.

Bajo los escalones y fue a la sala de estar, encendió el televisor y se recostó sobre el sofá viendo las noticias de la mañana, aún era temprano y era fin de semana, no importaría mucho despertarlo temprano, y antes de que el pudiera notarlo ya sus ojos estaban cediendo al Cancio mientras su cuerpo se acomodaba en aquel sofá.

Viktor solía despertar con la mirada de su hermoso nipón sobre el, solía hacerlo así cada mañana para besar sus labios y fundir su amor día a día, aunque había ocasiones en los que este no lo despertaba y simplemente bajaba para esperarlos con el desayuno preparado, este día, no era ninguno de ambos. Viktor se despertó por la falta de su esposo en la cama, se sentó sobre esta y comenzó a olfatear intentando ver si yuuri había comenzado a hacer el desayuno aunque al parecer no, miró la hora y pasaban de las diez, era algo tarde para la rutina del nipón, se paró y caminó por su casa sin nada cubriendo su muy bien trabajando torso pálido, no se encontraba en la habitación de yurio, aunque la posición que este tenía llegaba a incomodarle un poco, era extraña, salió de ahí y fue a la de leo, tampoco se encontraba su hermoso nipón y eso ya lo comenzaba a preocupar, un poco preocupado aunque con calma bajo las escaleras notando que la televisión de su sala principal estaba encendida, normalmente yuuri solía dejarlo así mientras el cocinaba para tener algo de ruido, viktor checo la cocina, el comedor principal y el baño, por último salió de su casa notando que el carro del pelo negro estaba estacionado, el corazón de viktor comenzó a latir tan rapido que juraba que pronto se saldría de su pecho, por su marca de lazo no sentía nada, no había dolor, miedo, ninguna sola señal de que podría estar pasando. Rápido volvió a entrar a su casa y corrió hacia su cuarto tomando su celular notando que igual el de su querido esposo estaba ahí, no sabía que hacer, había comenzado a desprender fermonas como loco.

-yuuri....- susurro para si mismo con miedo mientras en su cabeza creaba mil escenarios

De pronto se escuchó como alguien husmeaba en la cocina, sin perder un solo minuto bajo rápido notando como su hijo el mayor se encontraba haciéndose un sándwich tranquilo de cualquier situación y mirándolo extrañado.

-papá que tienes?- pregunto el rubio adolescente aún preparando su desayuno

-ca..cariño no haz visto a tu madre?- pregunto nervioso intentando guardar la poca compostura que le quedaba y tal vez al borde de las lágrimas

-si, está dormido en el sofá...- respondió confundido señalando la sala de estar con la televisión aún encendida

El peli blanco rápido volteó a sus espaldas y era correcto, su hermoso omega se encontraba ahí, plácidamente dormido sin nada más. Algo dentro de viktor se rompió, las lágrimas comenzaron a salir al igual que sus fermonas, sentía tanto miedo, impotencia, soledad...todo lo que alguna vez ya había sentido por culpa del mismo alfa, se sentía tan aterrado de pensar que esta vez tal vez yuuri ya no podría volver a abrir sus ojos si aquel alfa le ponía las manos encima, sentía tanto terror que solo corrió hacia donde estaba su nipon y lo abrazó, lo abrazó mientras escondía su rostro en el cuello de este y lo despertaba gracias a la brusquedad de su movimiento, claro que nadie comprendía absolutamente nada pero eso no importaba, solo quería estar así para siempre, estar con yuuri para toda la vida, como en los cuentos de hadas.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora