Cap 59

1K 131 24
                                    

este incómodo momento que yuuri esperaba nunca llegará a su casa había llegado, sus dos hijos mayores, sus gemelos, sus bebés se encontraban sentados frente a él con una expresión seria y esperando una respuesta concreta.

Ambos habían estado ahí desde muy temprano después de que viktor y leo se fueran a sus actividades. Ahora le tocaba a el liderar solo con esto.

-mamá, solo dinos la verdad- comentó el joven yurio cruzándose de brazos

-Mami, por favor, quiero saber- expreso el alfa poniendo un puchero en el

Yuuri suspiró y miró a sus dos bebes, ya no eran los pequeños que se acurrucaban junto a él y no había una sola pregunta, ya eran aquellos que exigían una historia verdadera.

-bueno, incluso cuando lo he dicho varias veces ustedes creen que les miento pero no, ahora les contaré la verdad, un poco difícil y cruda pero creo que están listos para saberlo- yuuri hablaba y signaba al mismo tiempo mientras suspiraba nervioso- como lo dije, era un joven omega inocente el cual calló en las garras del "amor" de un alfa, todo era relativamente bonito, mis padres lo amaban, el me amaba y yo a él, viajamos al extranjero y ahí mismo formamos una vida, nunca hubo un compromiso como tal, solo un anillo y miles de promesas rotas por su alcoholismo, una noche simplemente no pude pelear contra el e intenté huir pero me golpeó y ahí mismo...bueno, no creo que necesiten detalles. Unos meses después descubrí mi embarazo, fue el omega más feliz y el igual, por momentos, todo parecía volver a ser perfecto pero solo era mi imaginación, claro volvió a golpear y muchas cosas más, todo hasta que conocí a ese alfa que me mostró cómo las bestias cambian a príncipes- los ojos de yuuri se iluminaron al recordar ese momento en específico

-bestias?- pregunto yurio confundido a lo cual yuuri soltó una carcajada

-será una historia para otro momento; después de conocernos la chispa se hizo inevitable, el y yo lo sabíamos, incluso Emil lo sabía. Después de tanto tiempo siendo infeliz decidí dar paso a mi corazón y huir con el, no sabía si sería eterno, momentáneo o a corto plazo pero me sentí libre, el odio verme libre y fui secuestrado, encerrado en un armario y atado como un animal, el pequeño bebé en mi vientre rogaba por vida pero yo no sabía que pasaría si el salía de mi, así decidí que lo mejor sería dormir para siempre, ninguno de los dos sufriríamos y podríamos encontrarnos en la otra vida. Claro que el alfa del que me enamore no me dejo morir y me rescato de aquel lugar, fue un largo tiempo en coma pero desperté justo antes de que mi pequeño bebé naciera, al fin seríamos una familia y ya nadie nos lo impediría y claro que así fue, mi alfa lo cumplió. Después de el parto y de poder sostener a nuestro hermoso bebé entre nuestros brazos faltaban pocos días para poder ir a nuestra casa y ser la familia soñada. Una noche me desperté al baño y juraba que podía oír un llanto cercano que me llevaba a el, busque por todas partes hasta llegar a los cuneros y ahí verlo, era un pequeño bebé que intentaba ser calmado por unas enfermeras, claro que no dude en entrar y sostenerlo entre mis brazos viendo cómo este se apegaba a mi pecho y dormía, era una señal, nuestros corazones involuntariamente de unieron y no podían volver a separarse- una lagrima recorrió la mejilla de yuuri al ver cómo su pequeño bebé ahora era un gran alfa

-pero mamá....quienes eran mis verdaderos padres?...- pregunto nervioso el alfa con sus ojos cristalinos

-bueno...eras un pequeño cachorro del cual no nos explicaron mucho, tú madre murió en el parto, era joven y al parecer iba en malas condiciones al hospital y tu padre se dice fue arrestado por maltrato intrafamiliar, no dieron nombres pero tú madre era rusa y tu padre canadiense, se qué tal vez es algo complicado de asimilar, a mi igual me costo mucho creerlo pero cuando te vi dormido cerca de mi y disfrutando mis fermonas supe que tú no eras ningún huérfano, eras mi pequeño hijo y siempre lo serás- yuuri extendió sus brazos tomando entre ellos a Jean el cual se hundió en su pecho disfrutando de las fermonas de su madre y derramando algunas lagrimas- saben porque mamá los ama mucho?, porque yurio estuvo dentro de mi cerca de mi corazón y Jean durmio tantas veces cerca de mi corazón que no fue difícil para el meterse ahí- expreso el omega

Y ahí lo vio, podrían ser grandes de estatura y edad pero en verdad seguían siendo sus pequeños bebés que se acurrucaban entre sus brazos y lloraban en su pecho, que olían sus fermonas y disfrutaban de sus abrazos, seguían siendo sus hijos y el su madre.

El patinador tras la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora