CAPITULO 16 SEPARADOS

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Habían caminado cuando menos durante tres horas. Laura se sentía cansada, adolorida y hambrienta, pero aun así sentía cierta seguridad, mientras Damián estuviera a su lado, no sentiría tanto miedo.

Damián caminaba con Laura pegada a él, sus sentidos estaban alertas, no entendía porque la dejaban a su lado, pero lo agradecía, esa gente siempre lo primero que hacía era separar a los hombres de las mujeres y niños, pero ellos no lo habían hecho y él rogaba porque no lo hicieran.

En ocasiones veía como las fuerzas le fallaban a Laura, ella no estaba acostumbrada a ésto, él tampoco, pero su entrenamiento diario en el gimnasio le valía, así como el tiempo de entrenamiento rudo que su hermano le obligaba a tomar una vez al año. <<algún día te puede servir de algo>> le decía Santiago cuando lo veía llegar casi desfallecido de alguno de esos entrenamientos que duraban toda una semana en medio de algún lugar de difícil acceso y sobreviviendo con lo estrictamente necesario, aislados por completo y sin nada de tecnología a la mano. Ahora lo agradecía.

Sentía la agitación de Laura, había ratos en que el prácticamente la cargaba en peso para que pudieran avanzar, cuando el hombre que los lideraba, se percataba de ello ordenaba un pequeño descanso y luego retomaban el camino.

Por fin llegaron a un pequeño campamento, se encontraba cerca de un arroyo cuyas aguas se veían cristalinas.

En el campamento se apreciaban cerca de diez hombres más, que veían con curiosidad a los prisioneros.

_ ¿Que nos van a hacer? - preguntó Laura asustada cuando los dejaron en el interior de una pequeña tienda de campaña, custodiados por al menos cinco hombres armados.

_Tranquilizate. - la miró a los ojos, su mirada cálida le hizo saber que las cosas no podían estar tan mal. _si quisieran hacernos daño ya lo hubieran hecho.

_Pero... ¿Por qué nos retienen? Deberían dejarnos en libertad.

Él no contestó. Su mente trabajaba a mil por hora. Sólo había dos posibilidades. Los retenía porque pensaban utilizarlos como moneda de cambio con otros grupos del crimen organizado, seguramente el saber que tenían vínculos con el segundo al mando de Santiago Moran, los hacía muy codiciados, sobre todo, si eras enemigo de él. Habría que ver que tanto estaba dispuesto Santiago a perder o a doblegarse a cambio de la vida de ellos dos. Aun cuando ellos no sabían que en realidad era su hermano, eso los haría aún más codiciados para cualquier enemigo de Santiago. Y la segunda posibilidad era que elllos directamente quisieran negociar con Santiago o con Bruno, no sabía si era por dinero o por algún trato, porque de lo que si estaba seguro era de que ellos no formaban parte del grupo de su hermano, porque si lo fueran en lugar de llevarlos a ese lugar se hubiesen encargado de hacerlos llegar a su destino sanos y salvos, lo cual no había ocurrido.

*****
Damian despertó abruptamente, sintió un fuerte golpe en el estómago que lo hizo doblarse de dolor.

La noche anterior después de que los sacaran de la tienda por unos minutos para que comieran algo, los volvieron a encerrar cayendo rendidos por el cansancio.

Él había dicho que eran esposos, así que no le extrañó que los pusieran juntos. Laura se acomodó en una orilla y el en otra, aunque por lo reducido del espacio no quedaron tan separados uno del otro, sin embargo, Damián no supo en que momento de la noche Laura se fue moviendo hasta quedar pegada a él, ciertamente a él no le molestaba, así que se lo permitió, sin embargo, nunca esperó el ataque del que ahora era objeto.

Por fin, cuando el dolor le permitió razonar, se dio cuenta de que Laura se había despertado tirando patadas y manotazos. Aterrada habia gritado que se alejara de ella y se apartó hasta la otra orilla abrazándose de sus propias piernas, estaba temblando de miedo, la mirada la tenía perdida cuando encendió la luz de una pequeña linterna que les habían facilitado.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora