Damián se estiró en su silla detrás del escritorio. Estaba agotado, no de trabajar, sino de pensar, después de dejar a Laura en el parque, había regresado a sus oficinas centrales, ahí no tenía nada que hacer, puesto que había cancelado todas sus actividades del día, pero no podía quedarse sin hacer nada, así que fue, recogió unos papeles y se marchó a otra de sus empresas, lo sentía por el personal, porque no estaba de humor para aguantar nada. Iba en plan de implacable.
Había trabajado un rato, había supervisado a varios de sus ejecutivos, el hambiente había estado muy tenso, sobre todo porque se había portado muy exigente, demasiado exigente, nadie quería encontrarse con él y los que lo hacían solo rogaba por no llamar su atención y que los dejara seguir.
Miró la pantalla de su computadora y la puso en modo cámara de vigilancia, desde ella podía ver todo lo que sus equipos de seguridad podían ver en sus monitores, a veces cuando tenía tiempo libre lo hacía y se despejada un poco, ahora lo único que quería, era sacarse de su cabeza la imagen de Laura con su cara de sorpresa cuando le dijo aquellas palabras en el parque. No había querido esperar una respuesta, porque no quería ver su reacción, no deseaba ver su expresión de rechazo o su rostro consternado mostrando lastima por no poder contestar lo que él quería oír.
De nuevo sacudió su cabeza intentando borrar sus pensamientos y concentrando su mirada en el monitor, en uno de los tantos recuadros pertenecientes a las distintas áreas de la empresa, le pareció ver algo. Sin dudarlo agrando la imagen y su rostro cambió de color, no era posible, no podía ser ella, ¿por qué debería estar ahí? Seguramente era alguien que se le parecía. No esperó. Salió del despacho rumbo a los elevadores.
*****
Laura estaba en la recepción, había preguntado por Damián, pero la mujer que la atendió, se estaba haciendo la difícil._ Ya le dije que si no tiene previa cita no puede pasar.
_ De acuerdo. - dijo con cansancio. _pero dígame si él está aquí.
_ Si, - dijo molesta. _pero ¿qué parte de, si no tiene cita no puede pasar, no entiende?
_ Al menos dígale que estoy aquí y él decidirá si quiere verme o no.
_ Jamás haría eso. - la miró con desdén. _todo mundo sabe que necesita agendar una cita con él o no lo ven, además... - la miró con desprecio. _ ¿a quién se supone que voy a anunciar?
_ Soy su prometida. - dijo tímida, no sabía si eso lo alegraría o lo molestaría.
Ella la miró despectiva aguantando la risa.
_ Y yo soy la reina de Inglaterra. - se volvió a sus compañeros, que también rieron por lo bajo.
Ella los miró consternada. Todos la miraban, conscientes de que ella no se acercaba nisiquiera tantito al tipo de mujeres que el estaba acostumbrado a tener. No quiso saber más.
_ Gracias. - dijo dando la media vuelta y salió del lugar ante la risa de los presentes.
*****
Damián salió a recepción antes de que las puertas, del elevador terminarán de abrir. Buscó con la mirada y no la encontró. Consternado pensó que se había tratado de su imaginación.Se dirigió al personal que ya lo habían visto salir.
_ ¿La joven que estaba aquí hace unos momentos? - indagó con impaciencia.
_ Acaba de salir. - contestó uno de los empleados.
_ ¿Qué dijo? - estaba empezando a desesperarse.
_ Preguntó por usted. - dijo el mismo hombre.
_ ¿Por qué se fue? - se dirigió hacia la joven que había visto atenderla.
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PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLaura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marc...