Rigoberto miró como los hombres
que en otro tiempo le sirvieron, encendían una fogata, luego sintió como era levantado sin piedad y era atado al tronco de un árbol, al igual que sus hombres, todos habían sido golpeados como él. No entendía que intentaban hacer, pero sabía que no era nada bueno._Bien. - dijo Ramiro acercándose a él. _es hora de que continúe la diversión. - luego se dirigió a sus hombres. _Son todos suyos.
Rigoberto miro como esos hombres se acercaban a ellos amenazantes, algunos portaban sus armas de fuego en la mano.
Rigoberto se retorció en su lugar, tratando de liberarse gritando desesperado, no podía creer que esto le estuviera pasando a él, el gran Rigoberto Salas, esos cretinos mediocres ¿cómo se atrevían a ponerle una mano encima?
No supo ni de donde le llegó el primer golpe, y no tuvo tiempo de averiguarlo, porque a ese se sucedieron muchos más, dejando peor su ya maltrecho cuerpo.
Estaba aterrado escuchando los gritos de sus hombres, que eran castigados con furia, como pudo paseó la vista por el lugar y lo que vio lo dejó paralizado de terror, algunos de ellos yacían ya sin vida, mientras que los que habían resistido al ataque ahora uno a uno iban recibiendo un disparo cortando así su existencia.
Cuando hubieron terminado con todos, se volvieron hacia él.
_ Esperen. - los detuvo Ramiro. _a ti te vamos a reservar lo mejor. - río a carcajadas. Sus hombres lo siguieron. _ necesito que estés en tus cinco sentidos, pera que disfrutes lo que viene. - dijo.
Luego ordenó a sus hombres que se retiraran.
Él no lo podía creer, lo iban a dejar con vida, ¿acaso lo estaban perdonando?, más les valdría haber terminado con él, porque se iba a liberar, y cuando lo hiciera, iban a saber quién era Rigoberto Salas y el porqué de su fama de sanguinario. Él no iba a tener consideraciones con ellos, y no sería tan tonto de dejarlos con vida, a ninguno...
_ Espero que nos volvamos a ver. - dijo Ramiro, volviéndose hacia él, antes de marcharse. _en el infierno. _rio dando la media vuelta y alejándose.
En ese momento Rigoberto entendió, cuando observo como los hombres de Ramiro apagaban la fogata que habían encendido, la cual cumplía la función de mantener alejados a los depredadores que anduvieran cerca.
Nunca como en ese momento deseo estar muerto como sus hombres.
Furioso y maldiciendo intentó soltarse, pero no lo consiguió.
Aterrado empezó a escuchar...
Ya no había esperanzas para, él.
*****
_ Es hora de que yo también me marche. - dijo Santiago.Aureliano solo asintió. Estaban muy retirados del lugar en donde Rigoberto aún estaba con vida, pero aún hasta ahí se escuchaban sus gritos, así como los aullidos de la jauría de lobos que se acercaban a sus víctimas.
_ Gracias. - fue todo lo que dijo Aureliano antes de que Santiago lo dejara.
Sabía que Santiago odiaba lo que sucedía y más lo que estaba por suceder, y también sabía que no se hubiese quedado, de no ser porque no quería que el pasara solo por todo eso, pero era necesario que alguno de ellos se cerciorara de que verdaderamente ese hombre no volvería a hacer de las suyas
Tanto a uno como al otro esa situación les traía recuerdos dolorosos.
A Aureliano le había tocado vivir lo que ese hombre estaba viviendo, ser atado al tronco de un árbol, ser torturado y dejado a su suerte para que muriera desangrado o devorado por los animales salvajes.
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PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLaura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marc...