Lidia se despertó con una gran opresión en el pecho, desde el día, anterior tenía los nervios a flor de piel, durante todo el día había esperado la llamada de los secuestradores para planificar la entrega del rescate, pero no lo habían hecho, ella temía lo peor, pero Alfonso la había consolado.
Esa noche cuando él llegó a casa, se veía diferente, su rostro adusto, parecía como si estuviese enojado. No, enojado no, furioso, no dejaba de moverse de un lugar a otro, parecía león enjaulado, su aspecto desaliñado, sus movimientos cansados, no dejó de actuar raro hasta que reparo en ella y se dio cuenta de que había estado llorando, entonces se había acercado a ella y con ternura la había abrazado asegurándole que así eran esas cosas, que ellos tarde o temprano se volverían a comunicar y que no se preocupara.
Esa mañana habia recibido una llamada de Damian, él le había dicho que el dinero del rescate seguía disponible para cuando ellos se comunicaran con ella, se los hiciera saber, eso la tranquilizó, había pensado reunirse con él, pero no tenía caso hacerlo, hasta no recibir nuevas instrucciónes de los secuestradores.
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Alfonso, se sentía desesperado, todo le había salido mal, lo peor era que el dinero que tanto anhelaba estaba disponible a tan sólo una llamada, pero se había quedado sin hombres, y era evidente que el idiota de su hermano no estaba enterado de que alguien había rescatado a Laura.En un principio el supuso que había sido obra de él, pero ahora que sabía que no era así, se preguntaba ¿quién estaría detrás de todo esto? Sabía que no había sido liberada porque no se había comunicado con Lidia, lo único que le quedaba por pensar era que otro grupo delictivo se las había arrebatado, necesitaba averiguar quien, pero antes tenía que volver a hacerse de más hombres que lo ayudarán y sabía quien podía hecharle la mano.
Hacía ya alrededor de medio año que se había aventurado a buscar a Rigoberto Salas, lo conocía porque su madre, ya una vez se había aliado con él para destruir a su propio hijo Santiago, aunque las cosas no le salieron bien.
Ella había muerto en esa ocación a manos de Aureliano Montero, férreo enemigo de Rigoberto, quien había actuado en defensa de Santiago.
Estando las cosas así, Alfonso se había aventurado a buscar su apoyo, sabia del deseo de Rigoberto de vengarse de Santiago y sabía que no había mejor forma para vengarse que tener a su propio hermano de su lado, y no se equivoco, Rigoberto no dudo en recibirlo en sus filas, aunque los trabajos, que le encomendada eran esporádicos, Alfonso vivía en la ciudad muy lejos de sus dominios. Demasiado lejos para el gusto de ambos.
Mientras tanto por su cuenta había conseguido formar una pequeña banda de secuestradores, ellos tenían experiencia en eso y él los aprovecho, pero le duró poco el gusto porque ahora los había perdido, y necesitaba con urgencia al menos una o dos personas para hacer la llamada a Lidia y cobrar el rescate. Aún tenía disponibles a Leonel y Macario, los esposos de sus hermanas, pero no había querido involucrarlos en el caso de Laura, no quería arriesgarse a ser descubierto.
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Laura despertó, se sentía soñolienta, el cuerpo le pesaba, su cabeza la sentía lenta y embotada. Su primer impulso fue abrir los ojos, pero se contuvo, tenía pavor de hacerlo, estaba convencida de que cuando los abriera no iba a ser capaz de ver, había durado tanto tiempo con ellos vendados que creía firmemente que había perdido la visión.
Sabía que estaba siendo cobarde, pero tenía pavor de comprobar sus sospechas, en cambio mientras no los abriera tenía la leve esperaza de estar equivocada.
_ ¿Se siente bien? - la sobresaltó la voz de la mujer que le había ayudado el día anterior. ¿Le puedo ayudar en algo?
Ella no contestó, solo se encogió en su lugar, temerosa de moverse siquiera, no quería molestar a nadie aprovechando que le estaban dando un respiró, por lo visto aún la seguían vigilando, pero no la habían molestado y quería seguir así.
_ Puede abrir los ojos. - escucho la voz de Gloria. _Solo tiene que hacerlo poco a poco para que, se vayan acostumbrando a la luz.
_ ¡No! - exclamó angustiada. _me dijeron que el médico vendría hoy, prefiero esperarlo.
_ El doctor Justin está abajo, llegó temprano y no quiso despertarla, prefirió esperar. Lo llamaré, ¿usted estará bien?
Ella solo asintió con la cabeza.
Temía dejarla sola, pero deseaba volver al lado del Doctor Justin, siempre lo había, admirado, respetaba mucho su trabajo, siempre andaba metido en situaciones difíciles, pero era un hombre valiente y daba su vida por sus pacientes. No le bastaba con acompañar siempre a Roberth el jefe de seguridad del ingeniero Gustavo Contreras, si no que en varias ocaciones había estado en peligro por defender a sus pacientes de algún marido furioso, un pariente o un novio violento, no faltaba alguno que averiguara a donde se habían llevado a su pareja o su familiar y llegara agrediendo a medio mundo tratando de llevársela de nuevo y como siempre el no se conformaba conque la gente de seguridad que tenían en cada centro actuará, si era necesario, él personalmente intervenía.
A ella le había tocado trabajar en pocas ocaciones con él y era un honor hacerlo, pero hoy había tenido la gran oportunidad de tratarlo fuera de su ambiente de trabajo, le había ofrecido algo de beber y él había aceptado, luego para su sorpresa había decidido esperar a que Laura despertara por si sola, lo cual no sería rápido, ya que estaba medicada y tanto él como ella lo sabían, sin embargo había disfrutado como nunca de su presencia, de su compañía, de su agradable conversación,de su encantadora sonrisa.
Cuando habían coincidido en los centros de ayuda, el parecía no reparar en ella, estaba segura de que nisiquiera la hacía en el mundo, pero ahora había tenido la oportunidad de disfrutar de toda su atención, y si antes la había fascinado, ahora había sido la locura, lástima que la atracción solo existía por parte de ella y no por parte de él.
Para él ella era una enfermera más, que colaboraba en los centros de ayuda para mujeres maltratadas.
Así que consciente de su lugar en ese sitio había decidido subir a revisar el estado de Laura y se alegraba de haberlo hecho, ya que hacía un rato que estaba con ella cuando despertó, y no le hubiera gustado que hubiese despertado estando sola, no quería que se sintiera más, asustada de lo que ya se encontraba.
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PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLaura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marc...