PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.

CAPÍTULO 34 DESCANSO

Damián despertó sobresaltado, de un salto salió de su cama y corrió hacia la habitación de Laura, las pesadillas habían vuelto. Con dificultad logró que despertara.

_ Tranquila. Ya pasó, sólo fue una pesadilla. - la rodeó con sus brazos.

Ella, se dejó abrazar, estaba tan asustada, le era imposible apartar a Alfonso de su mente, aun retumbaban en su cerebro las palabras que constantemente le repetía.

Tenía que alejarse.

Mientras estuviera cerca de Damián correría peligro, más, si Damián no sabía la clase de hombre que era su hermano, ni de lo que era capaz, tenía que marcharse, pero... ¿A dónde?

Con ese pensamiento se quedó dormida, solo que ahora no estaba sola. Unos fuertes brazos la rodeaban. Él se recostó junto a ella y abrazándola se quedó dormido también.

*****
Habían transcurrido dos días desde el Incidente en la oficina, Damián estaba preocupado por Laura. El siguiente día había sido domingo y habían pasado todo el día en el departamento, ella había, estado muy retraída y había pasado la mayor parte del día en su habitación, incluso cuando él le sugirió ir al rancho por sus cosas ella se negó rotundamente, prefirió que alguien más fuera y empacara sus pocas pertenencias y las trajera al departamento, antes que salir.

Al día siguiente, Damián consideró no forzarla, cuando ya lista para empezar su semana de trabajo, no fue capaz de poner un pie fuera del departamento. Su angustia había sido tanta que empezó a temblar, él la abrazó y la condujo de vuelta al interior, sus lágrimas asomaron a sus ojos, estaba realmente angustiada y eso partió su corazón.

Igual que el día anterior, el lunes, él se quedó con ella, después de cancelar varias citas y reuniones.

Hoy martes se había repetido la misma historia, solo que ahora él había tenido que dejarla, tenía asuntos que era imposible dejar de lado, pero estaba muy preocupado, se sentía impotente por no saber cómo ayudarla, sabía que no fingía, ella había demostrado su compromiso con la empresa y su profesionalismo, y ahora estaba siendo incapaz de manejar la situación.

El maldijo furioso, estaba tras de su escritorio a unos minutos de presidir una reunión importante en la sala de juntas, las personas que la secuestraron merecían estar muertas, tanto daño le habían causado que estaban destruyendo su vida.

Encontraría al jefe de todos ellos, daría con él tarde que temprano y le haría pagar lo que había hecho.

*****
Empezaba a oscurecer, era invierno y los días se hacían cada vez más cortos, Laura veía con impotencia como un día más se le escapaba y ella seguía ahí atada por el terror de salir y encontrarse de nuevo con su secuestrador, no quería ni pensarlo siquiera, pero ¿qué podía hacer?

Era consciente de que estaba siendo una cobarde, de que no sólo ella estaba quedando mal, sino también Damián al haber confiado en ella, el proyecto se estaba retrasando y ella era la única responsable.

Esto no podía seguir así, tomó valor, fue a su recamara se cambió, recogió su bolso y salió del departamento, después de llamar un auto de alquiler.

Cuando bajó y llegó hasta el auto las rodillas le temblaban, pensó que sus piernas no podrían sostenerla más, pero lo logró, subió al auto y dio la dirección de la empresa. Aun estando el auto ya en movimiento sentía, que le faltaba el aire, tenía que tranquilizarse.

Instintivamente miró hacia atrás y se dio cuenta de que eran seguidos por un auto oscuro. Su corazón empezó a latir con más fuerza, las manos le sudaban incontrolable mente. Trató de serenarse.

Minutos después volvió a mirar hacia atrás, el auto seguía detrás de ellos, entonces, antes de perder la cordura por la angustia se dio cuenta de algo, ese auto era parte del personal de seguridad de Damián, desolada soltó el aire que venía conteniendo, se estaba convirtiendo en una paranoica, ¿cómo no se dio cuenta antes? Las lágrimas asomaron a sus ojos, pero no se permitió derramarlas.