CAPÍTULO 20 DE HERMANO A HERMANO

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Santiago miró la carretera, estaba a punto de llegar a donde tenían a su hermano. Era de madrugada, no había tenido descanso.

Después de dejar a la mujer que acompañaba a Damián quien luego supo se llamaba Laura, tuvo que regresar, al lugar en donde hacía unas horas había tenido que dar muerte a ese hombre, no se arrepentía, de lo que se arrepentía era de haber permitido que la chica lo viera, debió haber sido muy traumático para ella, aunque sabía que era originaria de esos lugares, ahora sabía, que la mayor parte de su vida había vivido en la ciudad, al principio le había parecido que la conocía de antes, pero no sabía de donde, luego, cuando escucho su nombre lo supo, era la hermana de Lidia su cuñada y de Karina su hermana, y aunque la última vez que la vio ella era casi una niña, su rostro le parecía familiar porque era la viva imagen de Karina, sin duda una mujer muy hermosa, pero tan perversa como hermosa, esperaba de todo corazón que ella fuera diferente a sus hermanas, pero sobre todo a Karina.

Al avanzar miró a lo lejos el rancho en donde estaba Damián.

Ahora ¿cómo le explicaría lo sucedido con su invitada? Sin duda no era totalmente su culpa, ella no había obedecido las órdenes, sin embargo, debió de ser más precavido y asegurarse de que ella hubiera hecho lo que le dijo antes de lanzarse fuera de la camioneta, pero no lo hizo y las consecuencias eran graves, amiga o esposa de Damián era un testigo, un testigo que podía traerle muchos problemas si las autoridades decidían investigar esa muerte. Probablemente no lo hicieran, como no lo habían hecho con tantas otras. En esos lugares la justicia no existía y sólo imperaba la ley del más fuerte, la autoridad se había visto rebasada desde hacía tanto tiempo, los criminales tenían más gente, mejor preparada físicamente, mejores armas, más vehículos, en definitiva, ellos, aunque quisieran no podían contra el crimen organizado, así que la mayoría de las veces simplemente se hacían de la vista gorda y dejaban que entre ellos se mataran unos a otros. Lo malo de eso era que la gente común, la que deseaba vivir en paz y estaba fuera de esos grupos también padecía la falta de autoridad porque tampoco para ellos había justicia cuando eran atacados por los criminales.

Santiago dejó atrás sus pensamientos, por fin estaba llegando a su destino.

Estaciono la camioneta y bajó de ésta, deseaba tanto entrar y encontrar una cama donde dormir, pero no podía hacerlo, tenía que regresar al rancho principal, había tanto que hacer y tantos pendientes que arreglar, en unas dos horas amanecería y él no podía darse el lujo de descansar hasta haber dejado las cosas en orden.

*****
Damián no había descansado, era imposible conciliar el sueño, a pesar de que le habían dado una habitación y de que no lo habían atado o amordazado, aunque sí lo tenían encerrado bajo llave, sin embargo él trato que le habían dado era bueno, no había habido gritos, jalones ni insultos después de que dejaran el campamento, sin embargo él estaba sumamente preocupado por Laura, ella confiaba en él y lo único que había hecho era dejar que de nuevo estuviera secuestrada sabrá Dios por quien, aún no sabía de qué grupo eran sus captores, ni los de ella. Estaba seguro de que no la dañarían mientras la necesitaran, pero ¿después? ¿Qué harían con ella después? ¿O si decidían entregarla a otro grupo? Tenía que localizar a su hermano y debía de ser rápido, antes de que ella saliera dañada. ¿Quizás si intentaba escapar?

Miró hacia la ventana, no tenía rejas, ni estaba sellada. Se acercó, intentó abrirla y esta cedió con facilidad, eufórico asomo su cabeza y se encontró con la mirada seria de varios hombres quienes automáticamente apuntaron sus armas hacia él. Sin dudarlo retrocedió y cerró la ventana tras de sí. Era imposible. Desanimado se dejó caer en la cama. No pudo dejar de pensar que el disfrutaba de una cómoda cama, mientras ella estaba en una tienda de campaña, prácticamente durmiendo en el piso sola y rodeada de hombres de los que no se sabía que esperar.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora