CAPÍTULO 49 RESCATE EN PROCESO

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Cuando Roberth había visto a Lidia enfrente de Ese hombre golpeada y sometida por el, siendo usada como escudo humano, la ira lo invadió, pero en ese momento supo que habían perdido la batalla, no podía arriesgarla, así que ordenó a sus hombres que lo dejaran ir, con sorpresa vio como él se la llevaba, la subía a la camioneta y arrancaba sin esperar a que nadie más subiera, había abandonado a sus hombres a su suerte.

Rápido hecho un vistazo a su alrededor sus hombres ya habían sometido a los que quedaron, y no lo pensó más, ordenó que le bajaran una motocicleta que venía en una de las camionetas, mientras el daba instrucciones.

_ Señor. - dijo el hombre que le entregó la moto junto con dos cascos. ¿Está seguro de lo que va a hacer?

_Si. - asintió el poniéndose uno de los cascos y una chaqueta de cuero que también le fue entregada.

_ Esta armado y es muy peligroso.

_ Lo sé. - dijo encendiendo la moto. _no te preocupes. - arrancó a toda velocidad.

Él sabía lo que enfrentaba, ese hombre estaba armado y podría dispararle, pero él contaba con varias ventajas, una era que no se esperaba que un hombre en moto fuera parte del grupo de rescate, con el casco no lo reconocería, para él solo sería alguien más que transitaba por esa carretera, luego, si intentara dispararle, le sería muy difícil porque tenía que cuidar a Lidia y manejar al mismo tiempo además de disparar, no creía que lo intentara si no lo consideraba un peligro, y por último él sabía lo que hacía y lo que quería, tenía práctica en esto, había actuado en situaciones más difíciles y había salido airoso de ellas y sobre todo, estaba muy enojado, nadie lastimaría a, Lidia y quedaría sin castigo.

_ James. -dijo a través de su equipo de sonido. _dime que tenemos.

_ Bien. - contestó él. _ a los únicos que veo son a tus hombres, todo está despejado varios kilómetros hacia atrás y hacia adelante, a excepción de un auto que viene detrás de ustedes, pero lo suficientemente alejado como para que vaya a salir alguien lastimado o para, que sean testigos de algo.

_ Bien. Ahora dime que posibilidades tengo, lo he adelantado y parece no darse cuenta de que soy peligroso para él.

_ A unos cinco kilómetros de ahí están unas curvas, es seguro que tenga que disminuir la velocidad, tu única oportunidad cercana es esa, necesitas no darle tiempo de que acelere de nuevo.

Después de las curvas se abre un espacio plano hacia los dos costados de la carretera, creo que ese es el lugar idóneo.

_ Bien. Gracias James. - ambos guardaron silencio.

*****
Lidia había dejado de llorar, ahora veía la carretera con resignación, no quería luchar y no tenía caso hacerlo, hiciera lo que hiciera perdería irremediablemente, así que procuraría no oponer resistencia, quizás la trataran menos mal y todo terminara más rápido.

Algo a un lado de la carretera llamó su atención. Era un hombre con una motocicleta a un costado del camino, al parecer tenía una avería, probablemente esperaba que alguien lo ayudara, ella sintió lástima, estaba segura de que no serían ellos quienes lo socorrieran, y efectivamente pasaron de largo a su lado.

El hombre que manejaba miró como ese hombre de la moto los rebasaba por segunda ocasión, lo había visto hacía unos minutos a un lado del camino, revisando su moto, seguramente un desperfecto, pero por lo visto ya había encontrado y reparado la falla. Pensó que iba demasiado rápido, sobre todo porque unos metros más adelante empezaba un tramo de carretera lleno de curvas, pero a él no le importaba si quería matarse, que se matara, él tenía cosas más importantes en que pensar.

Las curvas le estaban pareciendo interminables, cuando de nuevo miró al hombre de la moto parado a un lado del camino, estaba inclinado sobre ella revisando algo, el paso sin prestar más atención.

Estaba a punto de salir del área de las curvas cuando de nuevo escuchó la moto, ésta pasó a su lado a gran velocidad.

De pronto miro con sorpresa como justo delante de ellos el hombre empezaba a perder el control y la moto derrapaba cayendo de costado.

Lidia también observo la escena no porque estuviera prestando atención, sino porque el frenón que dio la camioneta la puso en alerta, miro como la moto derrapaba y caía junto con el hombre, luego metros más adelante la moto salía disparada  para un lado y él para otro, quedando ambos ocupando ambos carriles de la carretera, él no daba señales de vida, permanecía inerte sobre la carretera.

Observo como el hombre que manejaba bajaba del vehículo, obviamente sus intenciones no eran ayudar, tenía que despejar el camino y si eso implicaba asesinar estaba segura de que lo haría, porque llevaba su arma en la mano.

*****
Roberth había acelerado en el último momento, sabía lo que tenía que hacer a continuación, lo había hecho tantas veces en el pasado, sintió cuando ambos tocaron el pavimento, él y la moto, luego la soltó, sabia la velocidad y el momento en que ambos pararían y dejarían de ser arrastrados por la inercia del movimiento.

Cuando pararon de moverse él se quedó estático escuchando y esperando, supo sin ver el momento en que el hombre bajó de su camioneta, escucho sus pasos acercándose, sabía que no pretendía ayudar, si no deshacerse del estorbo del camino, no estaba seguro si se dirigía hacia él o hacia la motocicleta, pero daba lo mismo, había alcanzado a percibir que traía su pistola en mano, quizás eso complicaría las cosas sin embargo él contaba con el factor sorpresa.

Cuando él hombre estuvo prácticamente junto a él, en lugar de revisar si se encontraba bien o con vida, solo apuntó su arma hacia él.

Lidia miraba la escena, el hombre del piso parecía estar sin vida y no obstante el otro hombre levantó su arma apuntando a su pecho, ella no fue capaz de ver más y agacho la cabeza tapándose los ojos, pero no pudo evitar escuchar el sonido del disparo.

Asustada e impresionada se abrazó a sí misma, llorando de nuevo. Ese hombre era un verdadero monstruo.
Una vez más se sintió perdida. Escucho como regresaba a la camioneta, estaba aterrorizada y no quería verlo, no se movió de su posición.

De pronto sintió como la puerta de su lado se abría y unos brazos la tomaban y la cargaban, ella dio un grito de angustia, iba a luchar, pero no tenía caso, de cualquier forma, ese hombre la mataría. Solo se dejó llevar. Sintió como avanzaron varios pasos y luego se detuvieron.

Ella abrió sus ojos cuando escucho una voz conocida.

_ Ahora todo estará bien. - escucho la voz de Roberth que se había sentado sobre la moto que ya estaba de pie como si momentos antes no hubiese derrapado sobre el pavimento, él la seguía sosteniendo sobre sus brazos y ella rompió en llanto, nunca en su vida se había sentido tan Asustada y tan segura al mismo tiempo, él había hecho todo eso por ella, había arriesgado aún su vida para rescatarla.

El sólo la abrazaba.

Después de un rato y cuando ella, se hubo desahogado, el procedió a colocarle un casco, no la soltó en ningún momento y así en sus brazos hecho a andar la moto después de acomodarla en una posición más cómoda para ella, él sabía que estaba debilitada y tenía que tener cuidado, pero era lo que tenía en ese momento y tenían que salir de ahí antes de que alguien pasara por el lugar.

Lidia se acurrucó sobre el pecho de él, abrazada a su cuerpo como si de eso dependiera su vida y en este caso así era, se dio cuenta de que daban la vuelta y regresaban por donde habían venido. También se dio cuenta de que él sutilmente le había impedido ver el cadáver del hombre que momentos antes la mantenía secuestrada, ahora él y su camioneta quedaban atrás. Había escuchado cómo Roberth daba instrucciones a sus hombres para que retiraran la camioneta y el cuerpo del camino. Luego emprendieron el regreso en silencio.

*****
Lidia sintió cuando la moto detuvo su marcha y sintió cuando él la separó con cuidado de su lado, abrió sus ojos y había varios hombres a su alrededor, Roberth la tomo en sus brazos y entró con ella al interior de una camioneta, pensó que la dejaría ahí y saldría, pero no lo hizo, la acomodo en el asiento y luego se posicionó junto a ella, abrazándola de nuevo, ella no protesto.

Sintió cuando la camioneta se puso en marcha y avanzó. Ella se dejó llevar por el sueño y el cansancio, por fin se sentía segura. Cerro sus ojos y se quedó dormida.

Roberth la miraba con el corazón enternecido, si de él dependiera ella no sufriría más.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora