CAPÍTULO 40 VISITAS/ESPERANDO INSTRUCCIONES

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Lidia miro a través de la ventana de la casa cuando varios hombres la rodearon, estaba asustada, sabía que algo sucedía, no quería vivir más de esa forma, aunque no se involucraba en los asuntos de la familia de su esposo tenía que vivir con ello, sabiendo ciertas cosas y no poder hacer nada, no podía traicionarlo, pero no quería hacerlo más, había estado pensando y casi estaba segura de que el secuestro de su hermana quizás algo tenía que ver con la forma de vida de Alfonso y sus cuñados Macario y Leonel esposos de las hermanas de él.

Por un momento pensó que esa gente la iba a lastimar, pero se sorprendió cuando llamaron a su puerta.

No pensaba abrir, pero no tenía caso resistirse, lo único que lograría sería enojarlos y de todas formas iban a entrar.

Cuando abrió la puerta se sorprendió, ante ella estaba uno de los hombres que estaba presente cuando se reunía con Damián para esperar las llamadas de los secuestradores de Laura. El hecho de que fuera él la tranquilizó, no eran enemigos, pero ¿qué hacía el ahí? Y ¿por qué rodeaban la casa?

_ Señora. - dijo él al estar frente a ella. _buenos días, necesito saber si está su esposo o si se encuentra alguien más en su casa.

Ella negó.

_ ¿Había alguien más con usted? - insistió.

_ Si. - dijo nerviosa. _hace rato estaban mis cuñadas las hermanas de mi esposo, sus esposos y sus hijos, pero se fueron, querían llevarme con ellos, pero no podía irme sin saber de mi hermana.

_ ¿Nos permite pasar? ¿Podemos ver el interior de su casa? - pregunto. No esperaba que se los permitiera y se sorprendió cuando ella se apartó de la puerta dándoles vía libre.

El hizo una seña y sus hombres entraron, se dirigieron hacia las diferentes áreas de la casa observando, sin tocar nada, ella los miraba con ansiedad.

Roberth miró como los observaba inquieta, no creía que ella estuviera implicada, no se lo había parecido la primera vez que la vio y no se lo parecía ahora.

Era una mujer muy hermosa, a pesar de que la angustia la hacía verse demacrada, pensó que si no fuera quien era, quizás hubiera cedido a la atracción que sentía por ella, tenía un aire especial, algo que lo conmovía como ninguna mujer lo había hec...

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Era una mujer muy hermosa, a pesar de que la angustia la hacía verse demacrada, pensó que si no fuera quien era, quizás hubiera cedido a la atracción que sentía por ella, tenía un aire especial, algo que lo conmovía como ninguna mujer lo había hecho antes y se preguntaba si realmente amaría a su esposo, no entendía como una mujer como ella podía estar con un hombre tan desalmado y desquiciado como él, que secuestraba a su propia cuñada.

_ Su esposo... ¿Desde cuándo no lo ve? - dijo por fin.

_ No pensará que él... - lo miró con angustia y sorpresa.

_ Solo es una pregunta. - se apresuró a contestar. _ pensé que estaría con usted en estos momentos.

_ Después de que se llevaron a Laura, el salió. - sus ojos se inundaron de lágrimas. _la está buscando, igual que ustedes, porque... ¿la siguen buscando? ¿verdad? - lo miró con tal esperanza en su mirada, que deseó poder abrazarla y consolarla.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora