_ Te advertí que no te metieran con mi prometido. - dijo la mujer que estaba frente a Laura. Se veía tan perfecta y tan radiante, nada en ella estaba fuera de lugar, tal y como la recordaba cuando la vio la última vez en la oficina de Damián. Solo que ahora no tenía esa sonrisa fingida, sus ojos destilaban odio y sus palabras veneno.
_ Él aseguró que no había nada entre ustedes. - se atrevió a decir.
_ Miente - gritó furiosa. _él y yo nos vamos a casar, mi padre ya tiene todos los preparativos. Solo tengo que quitarte de en medio. - la miró con odio.
_ No es necesario. - trato de ganar tiempo. Déjame ir, no haré, ni diré nada, te prometo que me marchare, lo dejaré.
_ Demasiado tarde. - se burló. _me hubieras hecho caso cuando te lo pedí, ahora ya no tienes opción, además es mejor para mí, así no tendré que estarme cuidando las espaldas de ti.
Laura miró con horror como tomaba un arma de las manos de uno de los hombres que la habían secuestrado, solo eran tres y ella, los que se encontraban en ese lugar. Al parecer era el sótano de una gran mansión, lo sabía porque no se habían tomado la molestia de cubrir sus ojos, ni de ocultar el lugar a donde la llevaban, aunque de nada le servía a ella, no sabía en donde estaba, no reconocía el lugar y no tenía forma de comunicarse con nadie. Se sentía perdida en medio de esa gente, si tan solo Damián supiera lo que sucedía, estaba segura de que no descansaría hasta encontrarla y rescatarla.
_ Es hora de terminar esto. - se acercó a ella tomándola del pelo y pegando su arma a su cabeza. Laura no pudo hacer nada, la tenían sentada en una silla, atada de pies y manos.
_ ¡Por favor! - suplicó viendo la decisión en los ojos de esa mujer. Sabía que no mentía cuando decía que la iba a matar.
Laura escuchó su risa pegada a su oído, un escalofrió recorrió su cuerpo. Esa mujer estaba loca.
_ Estoy pensando. - susurró a su oído con una risa maliciosa. _si primero dejar que mis hombres se diviertan contigo y luego me deshago de ti o si terminó contigo de una vez. - quitó el seguro del arma que traía.
Laura cerró los ojos, estaba asustada, esa mujer estaba a punto de disparar y ella ni siquiera podía defenderse.
¿Sabes qué? Se apartó de pronto. _será más divertido ver lo que éstos hacen, tomaré un video y se lo enviaré a Damián, le encantará ver como se divierten contigo.
Angustiada Laura miró a los hombres, dos de ellos la miraban con malicia, mientras que el otro permanecía apartado, era más joven que los demás y se veía asustado. Por fin uno se acercó a ella y empezó a acariciar su rostro ante el beneplácito de la mujer. Laura se resistió, pero en realidad no podía hacer nada.
*****
Damián detuvo su auto ante aquella enorme mansión, todo seguía tal como lo recordaba, sin inmutarse ante los hombres armados que le impidieron el paso, se detuvo._Dile a tu jefe que Damian Moran quiere verlo. - fue lo único que dijo.
El hombre que lo recibió estaba a punto de echarle a reír en su cara, cuando se acercó otro de cara adusta. Con sólo mirar a los demás que rodeaban a Damián, éstos se retiraron.
_ El Señor Carvajal lo espera. - lo guió hacia el interior.
Damián lo siguió nada había cambiado excepto los hombres de seguridad que lo recibieron, no eran los mismos sin embargo su mano derecha, el que lo guió, ese sí que era el mismo. Lo condujo hasta un pequeño salón y le pidió tomar asiento.
Damián esperó de pie, había estado en ese lugar en tantas ocasiones. Que podía recorrerlo aún con los ojos cerrados si se diera el caso de que tuviera que huir.
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PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLaura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marc...