Laura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado.
Huyendo de todo eso consiguió marc...
Santiago sentía que las fuerzas lo abandonaban, como en los viejos tiempos cuando los hombres de su padre, los que se suponía que lo cuidarían en medio de la sierra, cuando él se internaba aún más adentro y les daba la orden de cuidar de él, sin embargo, ellos cobrándose quizás los malos ratos que su padre como su jefe les hacía pasar lo arrojaban al rio y en lugar de ayudarlo, lo sumergían una y otra vez cuando él lograba salir a flote, hasta que veían que ya no le quedaban más fuerzas y lo dejaban para que solo logrará regresar a la orilla, en donde se tiraba intentando con desesperación jalar aire hacia sus pulmones y poder recuperar el aliento, mientras ellos lo rodeaban y se reían burlándose de él, por sus esfuerzos.
En esa época él era un niño todavía, pero ahora no era un niño, la corriente lo arrastraba sin remedio y lo sumergía una y otra vez como entonces, solo que ahora no estaba solo, dos vidas dependían de él, el hombre había perdido la conciencia, al ser golpeado en la cabeza, cuando fue empujado para que cayera al río y al caer al agua había empeorado su situación, era muy difícil sostenerlo mientras que él bebe, seguía consciente, no lloraba y sorprendido veía como aguantaba la respiración cada vez que la corriente los jalaba hacia adentro del agua, era un bebé muy inteligente y después de dos veces que trago agua encontró la manera de no hacerlo, era sorprendente pero así era. Él por su parte había dejado de resistirse, sabía que era inútil salir por su cuenta y el resistirse solo mermaría, sus fuerzas, además estaba seguro de que rio abajo sus hombres le prestarían ayuda, ahora solo necesitaba resistir, era todo, y no soltar su preciada carga,
En ocasiones era sumamente difícil, porque los escombros que el río arrastraba por su paso daban de lleno contra su cuerpo, haciéndolo casi perder el sentido, pero el dolor era parte de su vida, siempre lo había sido, no sólo el físico, sino también el emocional, pero había sobrevivido a él, y lo haría también ahora.
***** Laura corrió a abrazar a Damián cuando éste fue sacado del río, estaba helado, al igual que ella, ambos titiritaban de frío.
_ Me alegra que estés bien. - la, abrazo él con fuerza. Temí no volver a verte. Depósito unos cuantos besos sobre su pelo húmedo.
Ella se sobrecogió, ¿cómo podía decirle eso y demostrarle tanto cariño, si lo que estaban pasando era por su causa?, ahora mismo Santiago iba rio abajo luchando por su vida. Lo había vuelto a ver como terminaba con la vida de otro hombre sin dudar ni un momento, pero también lo había visto lanzarse y arriesgar su propia vida por alguien también sin dudarlo. Estaba muy confundida y sus sentimientos eran muy encontrados, pero ya no lo juzgaba, ahora lo entendía, y rogaba porque saliera ileso de esa situación.
_ Siento tanto haber ocasionado esta situación. - dijo con lágrimas en los ojos.
_Esto no es tu culpa. - dijo Damián sin soltarla de su abrazo. _al contrario gracias a ti es que estas personas tienen una segunda oportunidad, de no haberte estado buscando estos tipos se habrían salido con la suya, Ellos son gente mala. - la miró a los ojos. _lo que hacen lo hacen por placer, podían haber robado a esta familia y dejarlos en paz, pero querían asesinar a los hombres y llevarse a las mujeres para hacerles daño.
Ella, se estremeció.
_pero si ella es solo una niña. - miró a la pequeña que, se había refugiado entre los brazos de su madre, llorando ambas desconsolada junto con su hermano
_Esta es la razón por la que no debes alejarte del rancho. - dijo Damián. _ muchos hombres como estos andan rondando los alrededores, la gente está desesperada porque no hay autoridad que los defienda y la mayoría está acudiendo con Santiago. Él no puede cerrarles las puertas y decirles que no, no puede enviarlos a casa de nuevo a esperar a que estos rufianes vayan y hagan de las suyas, pero esto ya lo está sobrepasando.
Ella estaba consternada. Se apartó de Damián alejándose unos pasos.
_ Para colmo vengo yo a empeorarlo todo. - dijo entre sollozos.
_No digas eso. - la alcanzó el poniéndose a su lado. _esto es algo que tenía que pasar.
_No mientas. - lo miró dolida. _por segunda vez no obedecí sus órdenes y lo único que logré fue que no pudiera disparar a tiempo y que ese hombre hiciera lo que hizo, gracias a Dios el niño está bien, pero ¿su papá? ¿y su hermanito? ¿Y Santiago?
_Ellos van a estar bien. - dijo con seguridad. Había escuchado las órdenes que Bruno había dado por radio. Ya había gente rio abajo esperándolos, tenía la seguridad de que todo saldría bien, conocía a su hermano, era un luchador.
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_ ellos no tenían oportunidad. - la miró con ternura al verla tan preocupada. _al disparar Santiago al primer hombre, aunque hubiera hecho el segundo disparo el otro hombre había tenido tiempo de hacer lo que hizo, la única diferencia es que no hubiera tenido tiempo de dispararles a ustedes y ahí sí, pusiste en riesgo sus vidas, pero no la de ése hombre y sus hijos, y a ustedes gracias a Dios y a que Bruno tiene buena puntería no les pasó nada.
Ella suspiro aliviada al escuchar eso, pero pasaría un buen tiempo para convencerse a ella misma de que no era culpable.
***** Santiago estaba a punto de dejarse vencer, había sido golpeado por un trozo de madera que la corriente había arrastrado y él lo había aprovechado para acomodar en el al hombre que no volvía en sí, y aferrándose él mismo también se sostenía de el, el bebé era otra cosa, a pesar de que él lo sostenía con un brazo era el bebé quien se adherida a él como una lapa y no lo soltaba, lo que le era de gran ayuda.
Aun así, estaba exhausto, las fuerzas empezaban a fallarle, sentía el cuerpo entumecido por el agua tan helada, si no lo rescataba rápido los tres podrían sufrir de hipotermia.
Otro objeto golpeó su espalda, fue tan fuerte que hizo que se soltara del tronco de madera, y aunque quiso evitarlo su cuerpo se hundió jalando consigo al bebé, cuando supo que no podía volver a la superficie, porque ya no le quedaban fuerzas soltó su preciada carga, cuando menos él tendría una oportunidad, él ya no, lo único que pudo hacer fue aguantar la respiración, era algo en lo que era bueno. Lo había practicado infinidad de veces, cuando era torturado por sus enemigos cuando había caído en sus manos o cuando los hombres de su padre en lugar de cuidar de él se divertían sumergiendo su cabeza en el agua y apostaban cuánto tiempo duraría sin respirar, él había logrado aguantar muchísimo más que cualquiera, pero fingía que no lo podía hacer y gritaba y pataleaba fingiendo que se ahogaba para que lo dejaran rápido y funcionaba, se burlaban de él por su poco aguante y lo dejaban en paz, ahora sentía esa misma sensación, pero con la diferencia de que ahora era real, no era más un juego, su pecho le ardía y sentía que sus pulmones iban a estallar de un momento a otro.
Con el último esfuerzo se impulsó hacia arriba y perdió la conciencia.