Empremta

11. Sentencia

Estuvimos esperando una hora en el despacho de Hermione mientras el tribunal y el Ministro nos volvían a llamar para la sentencia. Realmente no éramos muchos en esa habitación, solo estábamos los Potter, los Malfoy, el sanador Wrif, Teddy, Dominique y Hermione, ya que los otros prefirieron ir a tomar el aire mientras nos decían de entrar.

Durante ese tiempo, nuestro abogado Draco Malfoy nos comentó como él estaba viendo el juicio; tanto las cosas malas como las buenas. Tenía los nervios a flor de piel, no me gustaba esa situación. 

- Así que la segunda Empremta es móvil – dijo el sanador pensativo, ayudándome a evadir mi mente. - ¿Habéis pensado en un posible significado?

- La verdad es que no, señor – respondió Teddy cogiéndome la mano. – Con todo esto del juicio no hemos podido pensar mucho al respecto.

- Le vamos a enseñar una cosa – le sonreí al africano. 

Le pedí a Ted que se moviera por la habitación mientras yo me quitaba el jersey para ver mejor la marca, captando la atención del sanador.

Ted se movió de un lado a otro de la habitación, siempre quedando delante de mí, pudiendole enseñar los brazos a Bob, el cual pudo ver como la snitch se movía de un brazo al otro igual que Teddy. 

Si el metamorfomago se iba a la derecha, la snitch se iba al brazo derecho; si se dirigía a la izquierda, volaba por el brazo y clavículas hasta llegar al izquierdo.

- Pero eso no es todo, señor. 

Me dí la vuelta dejando a Ted detrás de mí, viendo como la pequeña pelota hacía los mismos movimientos por mis piernas. 

- Cuando estamos juntos se deja de mover, ahora verá – me puse el jersey haciéndole señas a Ted para que se acercarse. Una vez estuvimos juntos, la snitch volvió a mi antebrazo y se cerró. – Los primeros días, igualmente que estuviéramos juntos, no se cerraba. Lo hace desde principio de esta semana.

- Asombroso – los ojos amarillos del señor Wrif desprendían admiración. - ¿Y aún no sabéis el significado?

- No, señor – contestó Ted sentándose a mi lado. – Pensamos que estaba relacionado con el quidditch, ya que nos encanta a los dos, pero ya le dije que no hemos podido pensar mucho en esto durante este tiempo.

- No os preocupéis, saldrá cuando menos os lo esperéis – el sanador nos otorgó una sonrisa tierna. – Me gustaría pregunt...

- Hola chicos, ¿qué está pasando aquí? – le cortó Ginny introduciéndose en la conversación mientras me levantaba para sentarme en su regazo.

- Le he enseñado al sanador Wrif la última Empremta – sonreí mirando a mamá antes de volver la vista a Bob. – Ella tiene un tatuaje igual que nuestra snitch.

- Veo que el quidditch es popular en toda la familia - sonrió. - Señora Potter, ¿les ha visto alguna vez mientras hacen sus conexiones diarias? – preguntó el sanador.

- Últimamente sí. Al principio siempre lo hacían en la habitación y no entraba nadie, pero desde que ha vuelto de Hogwarts lo hacen donde sea – contestó Ginny acariciando a Ted. – Supongo que es por la experiencia que han cogido, ¿no?

-  Así es, señora – le aclaró con una sonrisa. 

- Yo prefiero hacerlo a solas, - comentó Ted - pero no me molesta hacerlo delante personas que quiero. 

- Es completamente normal - asintió. - Poco a poco las conexiones reducirán el tiempo y, finalmente, con una simple mirada podréis conectar. Aunque falta mucho tiempo para eso, no os impacientéis.