38. Impactados

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El frío invierno había acabado y los meses habían ido pasando, dejándonos a las puertas de la tan esperada primavera. Hugo nos estiraba, a Alice y a mí, la manga de la túnica como si no hubiera un mañana por los pasadizos del castillo. 

- ¿Nos puedes contar lo que está pasando, por favor? – le pedía sin dejar de correr detrás suyo.

- Esperad.

- Hugo, ¿qué esta ocurriendo? – Alice lo miraba preocupada.

- Esta mañana estaba haciendo el voluntariado en la enfermería y vi allí a mi hermana  – contó.

- ¿Y? – pregunté confundida.

- Madame Pomfrey me hizo irme de inmediato – nos soltó las túnicas sin dejar de andar. – No me dejó acercarme a ella, ni preguntarle por nada.

- ¿Y?

- Estoy preocupado – se giró parando en seco. – McGonagall ha llamado a mis padres, están a punto de llegar; quiero oír lo que dicen.

- Pero ¿a dónde vamos? – me recogí el pelo en un moño con mi pinza.

- Scorpius me ha dicho que no han salido de la enfermería – suspiró resignado. – Quiero saber lo que está pasando y me gustaría que me acompañarais.

- Si hubierais empezado por eso, - dijo Alice retomando el camino – no habríamos preguntado como locas.

No hablamos más; empezamos a correr en dirección a la enfermería para llegar cuanto antes.

- ¿Sabéis alguna cosa más? – preguntó Hugo al llegar junto a mi hermano azabache y su mejor amigo.

- Acaban de entrar hace unos segundos – dijo Albus. – Scoprius ha intentado hablar con ellos, pero Ron echaba humo por las orejas y Hermione hablaba con la directora McGonagall.

- ¿Y no habéis oído alguna cosa? – pregunté cruzándome de brazos.

- Hermione le decía a Minerva que no hiciera caso a su marido, que ya sabía cómo era – Scorpius alzó los hombros.

- Bueno, podemos esperar aquí hasta que salgan – propuso Alice.

- Yo entraría – murmuré. Todos me miraron con el ceño fruncido sin entender. – Si fuera Albus quién está allí dentro, entraría.

» Es tu hermana – me acerqué a Hugo. – Entiendo que Pomfrey o McGonagall no puedan decirte nada, pero tus padres están dentro... Podrías decirles a ellos que estás preocupado, seguro que te entienden.

- Tienes razón – soltó todo el aire. – Voy a entrar.

Nos sentamos en el suelo uno al lado de otro mientras esperábamos que Hugo saliera de la enfermería. Apoyé mi cabeza en el hombro de mi pareja y cerré los ojos.

- Por cierto, - la voz de Albus no me los hizo abrir – Thea es mucho más buena que Rose, ¿por qué la escogisteis a ella?

- Porque vuestra queridísima amiga puede ser una arpía cuando se lo propone – siempre que tocábamos el tema, Alice se enfadaba.

- Pero ¿qué pasó? – preguntó Scorpius sorprendido.

- Rose no era la candidata para formar equipo – expliqué. – Louis y Alice habían escogido a Thea para ser la tercera cazadora...

- Escogimos a Thea por dos razones – me cortó la rubia. – La primera, es muy buena cazadora; la segunda, es su último año en Hogwarts.

- ... pero, sin saber el motivo, Thea le pidió a Louis que no la tuviera en cuenta, que lo había pensado mejor y no quería formar parte del equipo.

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