La partida de James puso a Alice bastante triste, así que Hugo y yo fuimos esenciales para que estuviera mejor durante el mes de agosto.
Después de un largo verano de risas junto a algunos de los Weasley y disfrutarlo como nunca, una semana antes de partir a Hogwarts, nos dirigíamos Alice, Hugo, Louis y yo hacia el Diagon Alley para comprar todo el material necesario para el curso entrante.
- Bueno, chicos – Louis captó nuestra atención mientras pasábamos por la entrada de ladrillos entre el callejón y el caldero. - ¿Preparados para el cuarto curso?
- Claro, primo – contestó Hugo con una gran sonrisa. - ¿Nos ves preocupados?
- La verdad es que ni un poco.
- Normal, estás hablando con el mejor trío de Hogwarts – nos alagó.
- ¡Venga! – empezó a reír. – Tienes una autoestima mayor que la mía, Hugo.
- Es la verdad – animó Alice. – Listos, guapos, divertidos, ¿qué más quieren?
- ¡Nada! – me abrazó los hombros con su brazo derecho mientras Hugo hacia lo mismo con Alice. - ¿Puedo unirme a vuestro grupo? Soy guapo, listo y divertido.
- Uf... - bufé con una gran sonrisa. – No sé si los cuartetos me van mucho eh.... Creo que prefiero un trío.
- Todo es probar, pequeña, no tengas miedo ni vergüenza por hacerlo – dijo bajito con una sonrisa pícara provocando más risas entre nosotros.
- Probaré – dije segura. - ¿Preparado para el último curso?
- Sí, aunque me da un poco de cosa, no mentiré.
- ¿Qué quieres hacer después? – preguntó Alice cogiéndole el brazo.
- Quiero estudiar para ser abogado.
- Interesante – asintió.
- Después del juicio contra Victoire, abrí los ojos – nos explicó andando tranquilamente. – Quiero ayudar a la gente haciendo justicia.
- Como Draco Malfoy.
- Exactamente – asintió. – Me gustaría aprender de él, aunque nunca ha cogido a un aprendiz.
- Puedo decir a Scorp que le pregunte si haría una excepción.
- Gracias – me besó en la sien. – Por cierto, has crecido.
- ¡¿Verdad?! – gritaron Alice y Hugo a la vez poniéndose delante de nosotros.
- No gritéis, por favor, y dejad de decir cosas tan tontas.
- No son tontas, estás un poco más alta, te han crecido los pechos y el culo.
Mi blanca piel se empezó a teñir de rojo al escuchar esas palabras, ¿se había vuelto loco el pelirrojo?
- Ha hecho el cambio – afirmó Alice.
- ¿Podéis dejar de hablar de mi cuerpo, por favor? – intenté retomar el camino, pero me lo negaron.
-¿Te avergüenza hablar de tu cuerpo? – preguntó Louis.
- ¿En medio del callejón? Por supuesto.
- Perfecto, vamos allí y hablamos tranquilamente.
No pude decir nada más, ya que en menos de cinco segundos estábamos sentados en una de las mesas interiores de la heladería.
- ¿Qué quieren chicos? – nos preguntó el camarero.
- Un helado de chocolate con leche, por favor – dijo Alice con una sonrisa.
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Empremta
Fiksi PenggemarObligados a llevar una vida paralela, Lily y Teddy se enfrentarán a distintas situaciones acompañados por su familia y amigos. La maldición Empremta recae sobre ellos y deben aprender a convivir todos juntos. La historia de la tercera generación qu...