Dominique y yo dormimos en mi habitación en la casa Potter, James y Lily durmieron juntos, ya que el primero quería disfrutar de las últimas horas con su hermana y, por último, Albus estaba en la suya y Louis en la de Lily.
Ginny nos despertó a todos cariñosamente y, después de una ducha rápida, bajé al comedor para comer las super tortitas hechas por Harry.
- Están deliciosas, papá – dijo Albus al acabar.
- Gracias, hijo.
- Si, papá, - dijo James – son las mejores del mundo.
- El primer día que tengas fiesta y puedas venir, te enseño a cocinarlas.
- ¿De verdad? – James estaba decaído e ilusionado por partes iguales, pero la sonrisa que le sacaron las palabras de Harry nos enterneció a todos.
- Por supuesto.
- Nosotros también queremos aprender – replicó Lily con una sonrisa.
- Las aprenderéis cuando os vayáis de casa– dijo Harry dejando el periódico a un lado. – Es un regalo que os doy al marcharos.
- Cierto – afirmé. – A mí también me enseñó.
- ¿Me lo dejas, papá? – Lily le pidió el periódico a Harry; esté afirmó.
- Así os acordáis de nosotros cuando las hacéis – una sonrisa tierna se adueñó de los labios de Ginny.
- ¿Son las que me enseñaste a hacer? – me preguntó Dom tocándome el brazo.
- Sí – le acaricié el cabello.
- Aún está aprendiendo – dijo Lily sin dejar de leer el periódico. - Salen regulares.
- ¡Eh! – Dom le lanzó el paño de cocina divertida, ella lo atrapó sin siquiera mirar. – La próxima vez me saldrán buenísimos.
- No lo creo, se te da fatal la repostería – añadió Louis.
- Vale – dijo Harry intentando ocultar su sonrisa. – Seguro que los hace muy buenos.
- Gracias, tío.
Quitamos la mesa entre todos menos Lily, quién estaba leyendo un artículo con el ceño bastante fruncido.
- ¿Qué lees, Lilu? – me acerqué a ella al acabar.
- Nada – cerró el periódico al acto.
- ¿Qué lees? – repetí intentando quitarle el periódico.
- Lily, nada de secretos – murmuró James. – Lee en voz alta.
- Es una tontería, nada importante.
- Lee.
Lily me miró con los ojos suplicantes durante unos segundos. Con un movimiento de cabeza la animé a continuar. Sopló rodando los ojos y, sin pronunciar palabra, movió los labios diciéndome: "lo siento". Fruncí el ceño al no entender.
- Martah Skeeter para todos ustedes, señores – suspiró. – Podemos decir que Edward Lupin, uno de los aurores más buenorros del ministerio, ayer noche disfrutó como nunca con sus compañeros.
» Después de tomarse unas copas de más, pudimos hablar con el ahijado del salvador del mundo mágico para intentarle sonsacar algunas exclusivas. ¡Y así fue! Prepararos lectores; sentaros en la primera superficie plana que encontréis porque, lo que viene a continuación, es impactante.
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Empremta
Fiksi PenggemarObligados a llevar una vida paralela, Lily y Teddy se enfrentarán a distintas situaciones acompañados por su familia y amigos. La maldición Empremta recae sobre ellos y deben aprender a convivir todos juntos. La historia de la tercera generación qu...