47. Despedidas

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POV Lily Luna Potter:

Nunca había sentido que mi magia subiera tan rápido y, al mismo tiempo, me sintiera tan vacía por dentro. 

Alice, Hugo, Lorcan y Mark me miraron con los ojos abiertos cuando me levanté, reaccionando todos para que no hiriera a los demás: Hugo y Lorcan apartaron un poco a la gente más cercana a mí, Alice fue corriendo a buscar a la señora Layna y Mark intentaba hablar conmigo para calmarme.

Mi magia comenzó a dar destellos cuando empecé a llorar, notando algo raro en mi interior que solo le pedía a mi cuerpo que fuera junto a Albus.

Anna apareció a los pocos minutos, poniéndome dentro de la burbuja para protejer a los demás y me llevó directa a una pequeña sala donde se encontraban todas las personas relacionadas con el torneo.

- Déjame salir - gruñí.

- Lily, es por protección y...

- Déjame salir. 

- No creo que...

La burbuja estalló, apartando a la señora Layna unos metros sin hacerla caer.

- Papá – me acerqué a él con lágrimas en los ojos.

- Lily, princesa, tengo bastante faena – estaba muy enfadado. Nunca, ni la vez en el hospital, lo había visto de esa manera. - ¿Estás bien? – me elevó la cara con las manos. – Tienes los ojos...

- Lleva así desde que lo vio – Alice estaba detrás de mí.

- ¿Te encuentras bien? – volvió a preguntar mi padre.

- No – me solté de su agarre. - ¿Dónde está Albus?

Miré a mi alrededor, encontrándome con una pantalla, mucho más pequeña que la del comedor, con imágenes de mi hermano estirado en el suelo y el rubio de pie con los ojos completamente blancos. ¿Qué le había pasado a él?

- Está a punto de terminar la prueba, princesa – su tono de voz se suavizo, intentaba calmarme. – Deberías...

- ¡No pienso irme de aquí por nada del mundo! – grité provocando que todos los de mi alrededor dieran un par de pasos hacia atrás menos él. – ¿Eso era parte de la prueba? 

- No. 

- ¿Quién le ha hecho eso? ¡Podrían matarlo! 

- Tengo que hablar con bastantes personas; eso no quedará así – Hermione se colocó a su lado. – Puedes quedarte aquí, pero vosotros deberíais volver...

- No, por favor, los necesito aquí – los miré con lágrimas en los ojos. – Son los únicos que saben calmarme.

- Vete, Harry, yo voy a estar con ella – Hermione lo empujó. – Cuando llegue Albus, te prometo que no lo desatenderé ni un segundo.

La señora Layna se volvió a acercar a mí mientras ellos seguían hablando.

- ¿Estas mejor?

- Siento lo que le dije – me disculpé.

- No lo hagas, es completamente normal – me sonrió tierna, recordándome a la abuela Molly. - ¿Puedes controlar la magia?

- Creo que sí – dije indecisa.

- Nosotrros la ayudarremos, señorra, no se prreocupe. 

Irina apareció en la habitación con la copa en la mano, gritando cosas en ruso que no entendía mientras me sentaba a un lado bastante apartando con mis compañeros; no quería molestar.

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