Las vacaciones terminaron de la mejor manera posible; había sido un cambio muy positivo respecto a los otros años y, aunque sabía que era por un momento puntual, me hubiera gustado repetir esa experiencia varias veces.
Me senté en un compartimento del Hogwarts Express sola, sumergiéndome en mis pensamientos, sin importarme nada ni nadie.
Astoria Malfoy me había hecho prometer que le entregaría a su hijo una carta cuando ella falleciera. ¿Cómo pudo proponérmelo a mí? Scorpius y yo nos llevamos cada vez mejor, eso era cierto, pero sus mejores amigos eran Albus y Rose. ¿Por qué yo?
Aunque, sinceramente, ya habían pasado un par de días desde esa conversación y la carta no había aparecido; posiblemente había recapacitado otorgándole ese derecho a otra persona más cercana a él, cosa que agradecía enormemente.
Por otro lado, esa conversación tan íntima que tuvimos con Ted en la habitación de la mansión Malfoy me llenaba de alegría. Sabía perfectamente que Teddy no compartía la misma sangre que nosotros y, aunque yo lo consideraba mi hermano mayor, el hecho de iniciar una relación con mi querida prima Dominique, lo convertiría finalmente en un familiar de verdad.
Desde pequeña había apoyado la relación entre Ted y Victoire por ese motivo, para que pudiera ser de la familia y no se sintiera excluido, pero desde la Empremta mis sentimientos cambiaron; sabía perfectamente que Victoire no era para él, lo notaba.
Por otro lado, en esa misma conversación Ted me preguntó una cosa muy personal: ¿te gusta? Desde el primer momento mi boca quería escupir un enorme sí, pero me contuve porque no sabía si realmente era verdad o no.
¿Me gustaba? No lo conocía tanto para que me guste; era guapo, amable, simpático y estaba a gusto con él, pero todo eso no significa que me tuviera que gustar.
- ¿Qué haces tan sola, Lil'? – me giré rápidamente hacia la entrada del compartimento, encontrándome a una rubia de ojos azules. - ¿Puedo sentarme?
- Eso no se pregunta, Dom – contesté con una sonrisa.
- ¿Estás bien? – preguntó en un susurro después de unos minutos en silencio.
- Por supuesto – dirigí mi mirada hacia ella, se la veía nerviosa. – Solo estaba pensando.
- Me gustaría hablar contigo de una cosa.
- Ted me contó lo vuestro – abrió la boca sin decir nada. – Sé perfectamente que habéis empezado una relación; puedes estar tranquila, no diré absolutamente nada.
- Lily... - suspiró. – Sé que no dirías nada, pero quiero explicarte todo.
- Ted me lo contó un poco, pero...
- Pero me gustaría que lo supieras también por mí – me cortó. – Eres la única con quién puedo hablar del tema y necesito desahogarme un poco, por favor.
- Suéltalo – dije sin ocultar mi sonrisa.
- Eres mi prima, nos hemos llevado genial desde siempre y no me gustaría que tuvieras una mala imagen de mí...
- ¿Mala imagen? – pregunté confundida.
- Creo que a todos les costará mucho entender nuestra relación después de lo de Victoire – bajó la cabeza un poco derrotada. – Nunca me había fijado en él, nunca, pero de un día para otro sucedió. Era el novio de mi hermana mayor, no sé como pudo pasar todo, ¿sabes?
- De acuerdo, respira y explícame todo lo que quieras.
Me miró un poco dubitativa, pero en pocos segundos cogió aire y empezó a recitar.
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Empremta
Fiksi PenggemarObligados a llevar una vida paralela, Lily y Teddy se enfrentarán a distintas situaciones acompañados por su familia y amigos. La maldición Empremta recae sobre ellos y deben aprender a convivir todos juntos. La historia de la tercera generación qu...