Empremta

6. Enigmas

Cuando bajamos con Scorpius a la cocina, toda la familia estaba en la mesa a punto de cenar. Estaba nerviosa y me costó levantar la cabeza. 

- He sido yo.

Debía decirlo, era la verdad, y no me gustaba mentirle a mi familia. Todos dejaron de hablar, mirándome un poco confundidos.

- ¿Has sido tú? – preguntó Harry sin dejar de comer. - ¿Qué has hecho, Lil'?

- Yo le hice eso a Victoire – contesté con la cabeza baja y la mejillas un poco rojas.

- Lil', – Albus me pasó un brazo por encima de los hombros – tú no has hecho nada. Estabas lejos de Vic cuando todo pasó, ¿recuerdas?

- Así es, princesa. Lo de Vic fue un accidente, no tienes que preocuparte – Ginny me proporcionó una tierna sonrisa, intentando calmarme.

- Os estoy diciendo que fui yo – levanté la mirada de mi plato por primera vez en mucho tiempo. – Cuando me empujó, deseé con todas mis fuerzas que a ella también le pasara algo. Fui yo, porque lo pensé, de verdad. He leído sobre la....

En ese momento, unas llamas verdes se prendieron en la chimenea del salón, apareciendo en ellas Ted y Victoire.

- Hola familia, veníamos a saludar antes de irnos a descansar – dijo Ted sentándose a mi lado besándome la coronilla. – ¿De qué hablabais?

- De nada – me apresuré a contestar. – Me voy a la cama, estoy cansada.

- Lil', princesa, solo fue casualidad – me contestó Harry. – No es culpa tuya.

- ¿Todo bien Lily? - preguntó el metamorfomago frunciendo el ceño.

- Sí, solo estoy cansada.

- No has comido mucho - me miró intensamente. 

- No tengo hambre. 

- ¿Quieres que suba contigo? Te puedo arropar - me dijo acariciándome el pelo.

- No, amor, yo necesito más cuidados hoy - Vic se sentó en el regazo de Ted. - Lily puede arroparse sola, ¿verdad?

- No - miré a Ted con los labios apretados. - ¿Podrías arroparme?

Ted no tardó en levantarse, dejando a Victoire apartada. 

Besé a mis padres y hermanos, deseándoles a todos buenas noches antes de mirar con burla a Victoire. 

- Que descanses, Lily. 

- Gracias, Malfoy . 

Ted me arropó con mimo después de lavarme los dientes, dándome un beso en la frente antes de irse. 

·oOo·

El día siguiente llegó y toda la familia, junto a Scorpius, nos fuimos a la andana 9 ¾ rumbo a Hogwarts.

Las vacaciones de navidad habían terminado y, con más ganas que nunca, estaba dispuesta a averiguar lo sucedido. Leería más libros, preguntaría a Madame Pomfrey y enviaría una lechuza al sanador Wrif para descubrir todo sobre la Empremta; no creía en las casualidades.

Las clases empezaron más fuertes que nunca, los deberes se triplicaron y los profesores nos asustaban con los exámenes finales, los cuales tenía que aprobar sí o sí para seguir con mis amigos el curso que viene. 

Hugo, Alice y yo éramos buenos estudiantes, pero queríamos sacar las mejores notas para poder escoger, en un futuro, la profesión que más nos gustase sin ningún tipo de problema.

James, por otra parte, estaba de los nervios. 

A finales de este año hacía los TIMO (título indispensable de magia ordinaria) y gastaba un humor de perros, ya que aún no había escogido entre tres carreras (auror, jugador de Quidditch profesional o dragonologista). Todos sabíamos que, para la primera opción, necesitaba aprobar gran parte de las asignaturas con excelentes notas.