Durante las últimas semanas todo había pasado demasiado rápido. Los entrenamientos de quidditch habían sido una pasada; James y Fred habían preparado la tira de ejercicios y técnicas nuevas para que aprendiéramos a realizar la jugada Woollongong Shimmy y, aunque no nos salía perfecta, sabíamos que la podríamos realizar sin problema después de vacaciones.
- ¡'Ems! – grité a mi hermano al acabar el último entrenamiento del año. – Alice tiene una cosa que decirte.
- Soy todo oídos.
- Creo que ya sé lo que necesitamos para mejorar la jugada – James alzó las cejas impaciente. – Más velocidad en la escoba de Louis.
- Lo sé, - afirmó – pero no le voy a pedir que se gaste dinero en una escoba nueva.
- He estado leyendo unos libros en mi tiempo libre...
- ¿Leyendo? – dijo sarcásticamente. - ¿Tú?
- No la interrumpas – le di un golpe en el hombro.
- Lo siento, - contestó frotándose la zona adolorida – cuéntame, ¿qué has encontrado?
- Creo saber cómo modificar un poco la velocidad de la escoba – dijo mi amiga.
- ¿Por qué susurras? – preguntó divertido.
- Porque es ilegal, James – abrí mucho los ojos ante la obviedad.
Mi hermano pelirrojo empezó a carcajearse haciéndome fruncir el ceño y mirarlo con los ojos medio cerrados.
- ¿Se puede saber por qué te estas riendo?
- Sois tan buenas chicas – intentó dejar de reír.
- Si me pilla McGonagall o algún otro profesor, pueden castigarme – aclaró Longbottom.
- ¿Crees que puedes hacerlo? – preguntó sentándose encima de su escoba.
- Lo he hecho con la mía, podré con la de Louis – dijo segura.
- Confío en ti – asintió con una sonrisa. – Los vamos a machacar.
Sonreí ampliamente al escuchar esas palabras; Alice era demasiado buena en su hobby, todos los alumnos se quedarán asombrados al ver a los cazadores de Gryffindor hacer dicha técnica.
·oOo·
Me encontraba en lo alto de la torre de astronomía sumergida en mis pensamientos: durante estas vacaciones, la señora Anna me había pedido que escribiera un texto hablando de cómo me había sentido en sus clases, además de todos los deberes que nos habían puesto los profesores de cada asignatura.
Odiaba que nos dijeran la típica frase: "estáis a punto de hacer cuarto curso, solo os queda un año para examinaros de los TIMO, tenéis que esforzaros". Una tontería, en mi opinión, más vieja que Merlín; somos alumnos de tercero y ya. Si ellos quieren ponernos deberes para mejorar o, simplemente, para putearnos las navidades, podían decirlo claro.
- ¿En qué piensas?
- En que los profesores no dicen las cosas claras – no me volteé.
- ¿Por qué lo dices?
- Si quieren ponernos deberes, ya sea en navidad o durante el curso, – empecé a explicar – es porque ellos quieren y ya; la excusa de los TIMO o EXTASIS ya la he oído demasiado.
- Pues espérate – rio. – Cuarto y quinto son peores y, por lo que me han dicho, en sexto y séptimo se pasan de los límites.
- No me parece bien.
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Empremta
FanfictionObligados a llevar una vida paralela, Lily y Teddy se enfrentarán a distintas situaciones acompañados por su familia y amigos. La maldición Empremta recae sobre ellos y deben aprender a convivir todos juntos. La historia de la tercera generación qu...