18. Diferente

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Las vacaciones de navidad llegaron, para gran satisfacción de todos, después de los duros trimestrales. Me pasé el viaje en el Hogwart Express hablando con todos mis amigos y familiares, yendo de un compartimento al otro. 

Cuando llegamos a la estación de King's Cross, estaba en el compartimento de mi hermano mayor, bajamos juntos hablando tranquilamente de temas triviales y, una vez recogidas las maletas, nos empezamos a dirigir hacía nuestros padres.

- ¡Lily! – la voz de Scorpius resonó en mi oído mientras una mano me giraba por el hombro.

- Scorpius, me has dejado sorda... - me toqué la oreja intentando apagar el pito aparecido. – Ahora vengo James, llévate mi maleta – mi hermano mayor la cogió con la mano sobrante y empezó a caminar nuevamente.

- Lo siento mucho.

- No te preocupes. ¿Qué querías?

- Mis padres te quieren conocer; solo serán un par de minutos, ¿te parece bien? – una sonrisa tierna apareció en sus labios. 

Empezamos a andar por la andana. Scorpius caminaba relajado, con la espalda recata y la barbilla alta. No falto mucho para que el cuerpo del señor Malfoy apareciera delante de mí, a su derecha, había una mujer bellísima de la piel pálida, cabello oscuro y ojos verdes.

- Tu madre es preciosa – dije en un susurro sacandole una enorme sonrisa.

- Ya estamos aquí – mi nerviosismo se hizo presente. – Mamá, te presento a Lily.

- Es un placer Lily, soy Astoria – me extendió la mano, la cual acepté, notando que su temperatura estaba por encima de lo normal.

- El placer es mío, señora Malfoy – le extendí la mano al señor Malfoy con una sonrisa. - Draco. 

- Llámame Astoria, Lily – y allí pude ver de donde había sacado Scorpius su preciosa sonrisa. – Queríamos darte las gracias de antemano por proponerle a Scorpius que pasáramos con vosotros la navidad, eso dice mucho de ti.

- No me las tenéis que dar – contesté con sinceridad. – Solo quiero advertiros de que mi familia está... Bueno, mi familia es un poco especial. Nos justan las bromas, comer y jugar; realmente espero que os sintáis como en casa.

- No lo dudes – dejó de mirarme fijamente, concentrándose detrás de mí. – Señores Potter, soy Astoria Malfoy, la madre de Scorpius, un placere.

- Puedes llamarme Harry – mi padre le extendió la mano después de darme un beso en la sien.

- El placer es nuestro – continuó mi madre. – Soy Ginny.

- Le estábamos diciendo a Lily lo gratificados que nos sentimos por aceptarnos en vuestra casa el día de navidad – explicó el señor Malfoy. 

Estuvimos hablando durante varios minutos sobre el trabajo de los mayores, haciéndome desconectar durante unos instantes mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Scorpius. Mi padre, al percatarse de ese movimiento se aclaró la garganta haciéndome dar un brinco para separarme, provocando las risas de Ginny, Draco y Astoria.

- Nosotros tenemos que irnos – el azabache frunció el ceño abrazándome los hombros.

- Solo una cosa más, - dijo Astoria intentando ocultar su sonrisa – supongo que, en fin de año, van a ir la tradicional fiesta en el ministerio, ¿verdad? – Harry y Ginny asintieron. – Me gustaría que vuestros hijos vinieran a la cena que hacemos en nuestra casa ese día y, si queréis, también pueden venir sus primos, parejas o amigos.

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