44. Primera

275 23 6
                                    

La primera y única reunión que habían tenido los campeones los había dejado un poco tocados. Llevaban dos meses buscando información sobre cómo superar la prueba sin riesgos, provocando que se distanciaran más de nosotros para ocultar su irritabilidad.

- ¡Abrid la puerta! – grité golpeándola.

- No los entiendo – Alice estaba con los brazos cruzados y el rostro triste.

- ¿Creéis que la prueba les exige separarse del resto? – Michael estaba a mi lado dando toques cortos en la puerta.

- El objetivo del torneo es conocer gente de distintos países – Hugo frunció el ceño. – Es imposible que les exijan separarse, lo que les pasa es que no encuentran la solución y se ofuscan con ellos mismos.

- ¡Albus Severus y Scorpius Hyperion como no abráis la puerta en cinco segundos, juro por Merlín que la tiro abajo!

Las dos últimas semanas habían sido una tortura para todos. Ellos intentaban descubrir un significado oculto en la pista que les proporcionaron el día que fueron seleccionados, había explicado al azabache, pero les era imposible encontrarla y no querían nuestra ayuda para nada.

Puro orgullo.

- Uno... - empecé a contar.

- Me gusta este ultimátum, Potter – dijo Booth divertido.

- ... dos ...

- No es un ultimátum – Hugo se apartó un poco.

- ... tres ...

- Ya, claro.

- ... cuatro ... - cogí mi varita.

- Yo de ti me apartaba – Alice intentaba no reírse.

- ¡Ya! – Albus abrió la puerta con el rostro serio. - ¿Qué quieres?

- Uff – Booth suspiró. – ¿A nadie más le ha excitado eso?

- ¿Pero a vosotros dos qué os pasa? – entré en la habitación agarrando fuerte la varita. – Lleváis casi quince días pasando de nosotros, encerrados aquí y solamente salís para ir a clase o a comer. ¡Ya está bien!

- Necesitamos pensar, Lily – Scorpius estaba apoyado en la pared con los ojos cerrados.

- ¿Pensar en qué?

- No lo sé, probablemente en una prueba que tenemos que hacer dentro de una semana – dijo Albus burlón. – Dime tonto.

- Tonto no, ¡imbécil! – señalé a los compañeros que estaban fuera del compartimento. – ¿Somos invisibles? ¿Acaso crees que no podemos pensar?

- No podéis ayudarnos.

- No es por nada, Malfoy, pero soy mucho más lista que tú – escupí. – Y también va por ti, Severus.

» Por suerte o desgracia han escogido a algunos de los mejores alumnos de Hogwarts para poder hacer este viaje – respiré profundamente para calmar las cosquillas. - ¿No habéis pensado que todas nuestras mentes os pueden ayudar en lo qué sea que estéis haciendo?

Se miraron unos segundos antes de bajar las cabezas.

- Os doy diez segundos para venir con nosotros a la sala de estar, allí os ayudaremos a pensar en lo que sea - salí de la habitación a grandes zancadas cerrando la puerta con fuerza detrás de mí.

- Recordadme que nunca la haga enfadar – Lorcan me dejó pasar alzando las manos.

- Creo que me he enamorado – Alice golpeo la nuca de Booth.

EmpremtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora