36. Enfrentados

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Los primeros meses de este año escolar empezaron de la manera más fuerte posible, tanto a nivel académico, como deportivo y, por buena o mala suerte, las cosas habían cambiado estrepitosamente (sin ser del todo negativo):

Alice y Louis estaban casi siempre juntos. No querían bajar el rendimiento que habían conseguido Fred y James en relación con el quidditch, provocando que se juntaran en todas sus horas libres para preparar los entrenamientos. Por suerte, conseguí mantener mi posición dentro del equipo, igual que Hugo. 

Por otro lado, entre mis clases particulares y toda la faena de la escuela, tuve que dejar bastante de lado a mi mejor amigo pelirrojo, él cual aprovechó para ir con los hermanos Scamander y sus compañeros.

Me sentía mal en ese aspecto, no me gustaba estar tan separada de los míos, pero la señora Layna me exigía cada día más. Actualmente, me estaba enseñando como proyectar mi magia hacia un objeto, cosa que me serviría en un futuro si no podía calmar mi rabia (así no haría daño a la gente de mi alrededor).

Teddy, mi Empremta, estaba más feliz que nunca con las buenas nuevas con Dominique. Todo el mundo lo sabía, ya que Skeeter había publicado otro artículo un par de semanas más tarde. En él, pero, criticaba a Dominique por no querer informarla sobre la fecha de la boda (cosa que la pareja aún no sabía) y la comparaba con Victoire, cosa que nos enfadó un poco a todos.

Victoire salía los fines de semana desde el verano y, aunque no la habíamos visto, nos había enviado cartas pidiendo "disculpas". No la respondí, no quería responderla, hablaríamos cara a cara cuando se diera la situación, no antes.

Ginny, Dominique y James estaban de fabula en sus respectivos equipos; nos enviábamos cartas todas las semanas para explicarnos lo sucedido; estaba tremendamente feliz por ellos. Harry, por otro lado, nos hizo un par de visitas relámpago alagando reuniones con la directora sobre temas privados y confidenciales.

Albus, mi hermano azabache, estaba más feliz que nunca. Finalmente, había tomado valor para contarle sus sentimientos a Lena Nott y, actualmente, estaban oficialmente en una relación. Es verdad que fue el chisme principal durante varias semanas en todo el colegio, pero mi hermano no le importó. No se le borraba la sonrisa tonta de la cara, cosa que me hacía reír cada vez que le veía.

Y, bueno, finalmente estaba Scorpius; él simplemente seguía siendo él, mi pareja, aunque no lo sabía mucha gente. Estaba feliz de tenerlo a mi lado.

- Dime, ¿cómo ha ido el día? – me preguntó cuando llegamos a la torre de astronomía.

- He estado en la biblioteca por la mañana – plegué la capa de invisibilidad poniéndola entre mis piernas. – Por la tarde he estado con Hugo y Alice.

- ¿Cómo está ella?

- Quiere hablar con Fred para enviarle una broma pesada a Martah Skeeter – ambos reímos.

- La entiendo, haría lo mismo si publicaran esas cosas de ti.

- ¿No creerías mi palabra? – me acurruqué en su pecho mirando la oscuridad de la noche.

- Por supuesto que si – me besó la sien. – Aunque no me gustaría leer cada semana que estás con un chico diferente; es normal que Alice esté enfadada.

- Lo sé, pero James no le haría daño – nos quedamos unos segundos en silencio. – Si no quiere morir, por supuesto.

La risa de Scorpius inundó mis pensamientos; me volteé a verlo, me encantaban esos dientes tan perfectos.

- Gracias por saltarte las normas por mí – le susurré tocándole la barbilla.

- Es tu cumpleaños, Lily...

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