14. Equipo

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Era el primer fin de semana del curso que nos levantábamos Alice, Hugo y yo tan temprano. Este año, como apéndice de la nueva normativa, todas las casas tenían que hacer las pruebas en un fin de semana: la mañana del sábado la casa Slytherin realizaría la selección y, por la tarde, le seguía Gryffindor; al día siguiente, con el mismo horario, le tocaría a Ravenclaw y Hufflepuff respectivamente.

- Ya podría hacer Gryffindor las pruebas por la mañana – dijo Hugo con el ceño fruncido mientras se sentaba en la mesa del gran comedor empezando a desayunar.

- Tranquilo, Hugo, el día pasará volando – intentó calmarle Alice.

- Exacto, volando es lo que querría estar haciendo yo.

- Vamos, Hugo, – le dije intentando no reírme - imagínate cómo estarán Hufflepuff o Ravenclaw, ¡las tienen mañana!

- Eso es verdad – declaró dejándose de quejar.

Seguimos hablando de quidditch durante todo el almuerzo y, cuando nos íbamos a levantar para ir a pasear por el castillo, aparecieron Fred, James y Frank sentándose a nuestro lado.

- ¿Ya habéis desayunado? – preguntó Frank mientras se llenaba el plato.

- Sí, – contestó su hermana – ahora queríamos ir a dar una vuelta por el castillo. Se va a hacer eterna la espera.

- Nosotros le queríamos preguntar a McGonagall si podemos ver las pruebas de los otros equipos – dijo Fred. – En las pruebas no se muestra ninguna técnica y así veríamos los posibles nuevos integrantes de cada equipo.

- Si queréis, puedo ir a preguntarle yo - dije mirando los hombres que nos acompañaban. – Vosotros terminad de comer tranquilamente.

- Grcis Lil' – intento pronunciar mi hermano con la boca llena.

Me dirigí al final del gran comedor donde se ubicaban todos los profesores en su respectiva mesa, para intentar convencer a Minerva de la petición de los chicos.

- Buenos días – dije mirando al suelo un poco roja.

- Buenos días, señorita Potter – contestó la directora dejando su servilleta encima de la mesa. – ¿Qué necesita?

- Emm.. Me preguntaba... – me aclaré un poco la garganta, respiré profundo y la miré directamente a los ojos. – Me preguntaba si podíamos ir al campo de quidditch a ver las pruebas de las otras casas, ¿cree que es eso posible?

- En teoría, señorita Potter, está prohibido que otras casas vean los entrenamientos y...

- No están entrenando – la corté. – Quiero decir, no es un entrenamiento, ya que no se practicarán técnicas al respecto, solo van a seleccionar a los nuevos integrantes del equipo y estos demostraran sus habilidades encima de la escoba en solitario o, si el capitán se lo pide, en  grupo – me puse roja y me miré los pies. – Mis padres me comentaron que hace unos años se podían observar las pruebas y como la normativa ha vuelto a cambiar, me preguntaba si...

- La entiendo, señorita Potter – me cortó McGonagall.

- Realmente tiene razón, Minerva – Rolanda Hooch, profesora de vuelo y arbitro en los partidos de quidditch en el colegio, se introdujo en la conversación. – Algunos profesores estarán presentes en la selección, no veo inoportuno que algunos alumnos se unan.

- Opino la mismo – asintió la directora. Me volvió a mirar. - Pueden observar las pruebas de cada casa si su comportamiento es el adecuado. Ahora, si nos disculpas, tenemos que estar en el campo en menos de 15 minutos y, por lo tanto, deberíamos terminar de desayunar.

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