45. Segunda

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POV Lily Luna Potter:

Después de la primera prueba, no me despegué de Scorpius y Albus durante toda la noche. Había sufrido mucho durante la hora y veinte que estuvieron jugando, pero los últimos cinco minutos fueron los peores con creces. Ver como se acercaba esa bestia a gran velocidad, cogía al rubio platino e se iba al fondo del lago mientras Albus estaba entretenido con el esfinge, que le puso más preguntas de las necesarias por nada, me hizo descontrolar un poco mi magia (por suerte tenía a Lorcan, Hugo y Alice a mi lado para ayudarme a calmar).

Poco después llegaron las vacaciones de Navidad dejándome asombrada de lo diferente que se hacía respecto a nosotros. Mark, un gran amigo hasta la fecha, me había contado que ellos hacían fiesta del uno de enero hasta el siete del mismo mes, ya que el seis era nochebuena ortodoxa y, el siete, navidad.

Fue muy diferente celebrarla de esa manera, ya que el baile de navidad no lo tuvimos hasta después de año nuevo. Por fortuna mía, Ginny me envió un precioso vestido rojo Gryffindor de manga larga que me llegaba hasta los pies, dejando que Alice me aplicara un maquillaje super básico y me recogiera el pelo en una coleta un poco desecha.

Además, una de las normas que impusieron los directores fue que los campeones debían formar pareja. Al ser tres y tres, podían, perfectamente, organizarse entre ellos.

Fue muy divertido cuando recibieron esa noticia: al terminamos la cenar dos días antes de fin de año, el director del colegio lo comunicó delante de todos, provocando que Albus se levantara de golpe para gritar "Irina, ¿quieres venir conmigo al baile?". Todo el comedor, incluso el director que aún no se había ni sentado, quedaron en sumo silencio esperando la respuesta de la chica perteneciente a la casa Romanov, la cual fue un sutil "да" ofreciéndole una tierna sonrisa mientras todos aplaudían entre risas.

Según él, quería ir con la que más se llevaba, pero no negaba que la prefería por ser la más guapa.

La cosa no terminó aquí, Chanel Dugés también se hizo la fuerte para preguntarle a Scorpius, a mi Scorpius, si podía ir al baile con ella. Después de la normativa impuesta por los directores, ¿qué podía decir? Pues nada, mi pareja aceptó con una sonrisa pícara y un seductor "Oui" que me hizo mirar muy mal a la campeona francesa.

Después de eso, Scorpius no entendía muy bien mi enfado y fue cuando me levanté de la mesa a grandes zancadas y me fui hacia los alumnos de quinto año (en Koldovstoretz se sentaban al revés de nosotros: los de séptimo estaban más cercanos a los profesores y los de primero a la puerta) para encontrar a Mark. Por suerte para mí, el chico dijo que sí, mostrándome su perfecta sonrisa dejándome más relajada mientras regresaba a mi sitio.

En ese momento, Malfoy entendió mi mal humor del principio y, aunque a mí ya se me había pasado, estuvo toda la cena mirando mal a mi futuro compañero de baile (cosa que me hizo sentir mucho mejor de lo que pensaba).

El problema fue que Hyperion se distanció de mí cuando le dije que no quería ir con otra persona que no fuera Mark. Era muy simpático y, al salir todas las semanas a volar (me había dejado probar su "escoba" y yo a él la mía), nos habíamos acercado mucho más de lo que me hubiera imaginado en un inicio.

Eso y el hecho de que otras personas me preguntaran para ir al baile, provocó que Scorpius se juntara mucho más con la dichosa Chanel y que le riera las bromas tontas y pijas que intentaba decir. ¡Hasta dejaba que le tocara el pelo! ¡Su pelo! Eso sí que me enfureció causando que los últimos días antes de esa distinta navidad, casi no nos habláramos.

- ¿No lo habéis solucionado Scorrpius y tú? – me preguntó Mark mientras salíamos del comedor, el cual estaba decorado muy diferente al nuestro en navidad, después del baile.

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