39. Nuevas amistades

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Los últimos días del mes de julio estaban siendo horriblemente calurosos; no quería imaginar cómo entraría el agosto.

Antes de que Dominique y James empezaran la nueva temporada, el señor Malfoy invitó a toda la familia Weasley a comer en su casa.

- ¡Bienvenidos! – el señor Malfoy abrió los brazos dándonos la bienvenida a su mansión cuando todos acabamos de pasar la chimenea. – Pasad, sentiros en vuestra casa.

La cara de algunos de los miembros de nuestra familia era de asombro. Nunca habían entrado en la mansión y, con sinceridad, era una casa espectacularmente grande.

- Tal como me pediste, he conseguido que mi mujer no traiga nada de comer – Arthur sonrió ocasionándole el rubor a la abuela. – No ha sido fácil, muchacho.

- Me lo imagino – Draco nos ofreció una sonrisa sincera. – Vosotros nos abristeis las puertas sin dudar a mi familia, ahora quiero hacer lo mismo.

» Le puedo asegurar, señora Weasley, que mi comida no se le parece en nada a la suya, pero está buena – se paró delante de un ventanal. – Bueno, la de los elfos.

- ¿Tenéis elfos domésticos? – preguntó Roxanne poniéndose delante de todos.

- Sí – miró a Hermione con una sonrisa. – Con sueldo y vacaciones, por supuesto.

Todos reímos ante el comentario; la castaña era la gran defensora de los elfos y todas las criaturas esclavizadas.

- Me alegra mucho oír eso – respondió asintiendo.

- Me gustaría comentaros otra cosa antes de pasar al patio trasero – se aclaró la garganta. – Como ya os comenté, hoy han venido unos amigos de la familia a comer. Creo, con total sinceridad, que nos podemos llevar bien todos – se miraba a los mayores. – Como les he dicho a ellos, si un Malfoy y un Potter pueden ser amigos, todo es posible.

- Por supuesto, querido – la abuela le sonrió tiernamente.

Salimos al gran jardín trasero pudiendo ver tres grandes mesas rectangulares colocadas en forma de triángulo con varias personas alrededor.

- ¿Cuántos somos? – preguntó Fred.

- 36 – murmuró Scorpius llegando a nuestro lado con una sonrisa. – Mi padre ha organizado una fiesta.

- Vamos a pasarlo bien – murmuró George empezando a andar hacia los otros. – Buenos días, mi nombre es George Weasley – dejaron de hablar para prestarnos atención. – Estos son mi mujer, Angelina, y mis hijos, Roxanne y Fred.

- Es un placer – una mujer rubia de ojos marrones, bajita y delgada se adelantó al resto. – Mi nombre es Ianna, soy la mujer de Blaise Zabini; estos son mis hijos, Isabella y Gabriel.

Estaban los padres de Draco, Narcissa y Lucius, y sus suegros, Paul y Millicent Greengrass, un poco apartados del resto, los cuales se miraban a los integrantes de mi familia con la cabeza alta. Por otro lado, Ted tenía cogido el brazo de su abuela Andrómeda, la cual sonreía a su hermana cordialmente. George, Angelina, Roxy y Fred eran los más próximos al otro grupo, sobre todo a la familia Zabbini.

Resulta que Ianna era una diseñadora de moda que actualmente se había interesado con WW'. Nunca habían hablado formalmente, pero esta estaba interesada en hacer no sé que negocio con mi tío; aunque no entendía muy bien la relación que había entre la moda y las bromas.

La última familia que estaba en la otra banda era la Nott-Parkinson. Pansy tenía la cabeza muy estirada intentando mirar a todos por encima del hombro, cosa que hizo sonreír a Charlie mientras Lena y Albus se miraban de forma tímida.

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