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Había pasado un año desde que conoció a Hoseok y desde entonces se habían hecho amigos, era su único amigo n realidad y se sentía tan contento de tenerlo junto a él. El mayor era muy inteligente y hábil con las herramientas y el huerto de su pequeña cabaña, podía armar muebles hasta cocinar deliciosas sopas.

TaeHyung había tratado de alejarse de los problemas y portarse muy bien para que su padre no prohíba sus salidas al bosque, solía ir a ensayar sus danzas y Hoseok ahora sabía su pequeño secreto, lo había visto unos meses después de su primer encuentro y aunque TaeHyung al comienzo trató de negar que le gustaba bailar, Hoseok lo alentó a seguir practicando, así que él le hacía compañía cantando o aplaudiendo en sus danzas.

Aquel día era soleado por lo que pensó en lavar la ropa que tenía en su habitación, su hermana le había dicho que ella lo haría en su regreso de clases, pero TaeHyung quería ser de utilidad, por lo que, decidido, cargo la cesta de ropa y tomando el jabón, salió a escondidas de su casa.

—¡Oye! ¡Suelta eso! ¡Es mío! —TaeHyung exclamó formando un puchero, se había descuidado y ahora un extraño había tomado una de sus prendas.

El joven de cabellos negros arqueó una ceja en sorpresa al levantar la prenda y extenderla, era un vestido blanco de talle pequeño.

—¿Tuyo? —Preguntó confundido. —Esto no es tuyo. Esto es un vestido... —Aseguró.

TaeHyung sintió sus mejillas enrojecer, era suyo, pero nadie debía saberlo claro.

—E-Es de mi herma-na. —Tartamudeó nervioso, pero el joven negó con la cabeza, incrédulo. Se giró para salir del borde del río, aventando la prenda al agua y esta comenzó a alejarse por la corriente del río. —¡No!

TaeHyung se puso de pie con rapidez, estaba descalzo sobre las rocas mojadas, sus ojos vieron como su vestido se alejaba rápidamente de él e intentó alcanzarlo. Resbaló, sin embargo, golpeándose con las rocas.

Chilló asustado, no sabía nada y su pierna se había golpeado con fuerza. El joven de cabellos negros lo vio caer y pensando que ese niño que estaba exagerando y saldría del río en cualquier momento, se dio la vuelta para alejarse del lugar.

Caminó con lentitud esperando oír la voz enojada del niño, pero él no salía del río.

«¡Maldición!» gruñó entre dientes al notar que el chico ya no peleaba por salir del agua. Regresó sobre sus pasos para sumergirse al río. Nadó rápido y tomando al chico sin cuidado alguno, logró sacarlo de las aguas y aventarlo sobre la hierba húmeda a un lado del río.

—Despierta. —Ordenó respirando con dificultad, pero el joven no se movía y no podía ver si estaba respirando o no. —Maldita sea, ¡despierta ya! —Exclamó arrodillándose a su lado, el niño había tragado demasiada agua que realmente no estaba respirando.

Las fuertes manos del joven con el torso desnudo hicieron presión en el pecho de TaeHyung, con la intención de hacerle vomitar el agua que había tomado. Sus manos lo tomaron con brusquedad, empujando hacia arriba para que despierte, hasta que unos segundos después logró hacerle toser.

—Sí que eres un idio-

Su queja se cortó cuando el joven notó los ojos del chico casi moribundo, él conocía esos bonitos ojos miel, él lo había visto antes, estaba más que seguro.

TaeHyung cerró los ojos y se dio la vuelta sobre sí mismo, no podía parar de toser en su sitio, comenzó a temblar con miedo, casi había muerto ahogado y su cuerpo sentía escalofríos.

—¿E-Estás mejor? —Preguntó palmeando la espalda de TaeHyung con suavidad, sin embargo, él se quejó ante el tacto— ¿Te lastimaste con las rocas? ¿verdad? —Cuestionó con cautela.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora