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JungKook bajó a la primera planta del castillo distraídamente, se había colocado una capa negra cubriendo sus cabellos y ocultó su rostro con un pañuelo negro. Una risita se escuchó en el silencio del estudio y él giró la cabeza siguiendo el sonido.

Caminó sigiloso hasta ponerse de pie en el marco de la puerta, en el estudio de su padre estaba su primo YoonGi de espaldas a él con un gran libro y su prometida, Bae Suji, quien estaba sentada en el marco de la ventana riendo de lo que sea que YoonGi esté diciendo.

—Oh, JungKook-si—. Suji se puso de pie y saludó a su prometido con una sonrisa, YoonGi giró su rostro y con un gesto, también lo saludó.

—Están entretenidos, ¿eh? —Bromeó entrando al estudio para sentarse sobre la mesa donde YoonGi tenía el libro abierto. —¿Qué están haciendo? —Preguntó.

Suji con una dulce sonrisa en el rostro, se bajó de la ventana y caminó hacia ellos. —¿Sabías que YoonGi es bueno leyendo poesía? ¡Escribe muy bonitas poesías también! —Exclamó ella entusiasmada.

JungKook abrió los ojos, asombrado. —¿YoonGi lee y escribe poesía? —Preguntó asombrado. —Vaya, no. No lo sabía—. Su voz se oyó burlona, notando como las mejillas de Yoongi se tornaron rojizas. —¿Por qué nunca me has dicho que sabías leer poesía? —Su primo, chasqueando la lengua, cerró el libro y se colocó de pie haciendo caso omiso a su pregunta. —YoonGi hyung...

—Ah, no empieces JungKook. —Sostuvo el libro con ambas manos, dispuesto a guardarlo en el estante. —Si te vas a burlar-

—Vale, no lo haré—. Le interrumpió de inmediato al verlo molesto. —Sólo que me sorprendió mucho. Sólo eso.

Suji ladeó la cabeza al escucharlos discutir, notando de inmediato la molestia entre ambos. —JungKook-ah si tú no aprendes poesía, ¿cómo conquistarás a tu futura reina? —Lo enfrentó colocando ambas manos en sus caderas, dispuesta a defender a su nuevo amigo, YoonGi.

El menor abrió la boca, pero sin decir nada, optó por dejar el tema de lado. —Voy a salir, si las sirvientas preguntan diles simplemente que no me viste.

—¿Irás a ver a TaeHee? —Preguntó YoonGi girando de inmediato, volviendo a colocar el libro sobre la mesa. Su primo menor no contestó y se limitó a subir y ajustar la túnica por el contorno de su rostro, dejando únicamente sus ojos libres. —JungKook, te han dicho que no debes salir del castillo y arriesgarte de esa manera. Suficiente debes tener con que esa chiquilla halla danzado en tu celebración, déjala en paz de una vez por todas.

JungKook frunció el ceño al escucharlo, demostrándose totalmente disconforme con sus palabras. —Han pasado muchos días y Jin no me ha dicho como está, sólo quiero verla unos minutos y asegurarme que está bien.

—¿TaeHee es la niña bonita que te hizo ese baile super sensual frente a todos? —Preguntó Suji totalmente inoportuna, esta vez fue el turno de JungKook para enrojecer, pero agradeció silenciosamente que llevaba puesto el pañuelo que cubría casi todo su rostro. —Espera ¿saldrás del castillo? —Preguntó rápidamente rodeando la mesa central del estudio y tomando a JungKook de la manga. Él asintió viéndola, inseguro. —¿Irás a caballo?

—Bueno, sí...

—Bien, iré contigo entonces. —Anunció tomando un lazo que estaba atado en su muñeca y atándolo en su cabello en un moño alto. Ambos jóvenes la miraron impresionados.

—¿Tú montas a caballo? —La voz de YoonGi se oyó apenas, pero Suji asintió con la cabeza decidida. —Pero... ¿no es peligroso para una chica montar a caballo?

Suji rodó los ojos y exasperada respondió. —YoonGi no seas bobo, que sea chica no significa que sea inútil ¿de acuerdo? Además, me criaron sólo para satisfacer las necesidades de rey de este otro tonto. —Contestó señalando al más joven con la cabeza. —Todas tus actividades, tus gustos y disgustos, me lo sé todo para que sepan. Y realmente pienso que eres un poco pueril—. Confesó con las mejillas un poco sonrojadas. —Además me enseñaron a usar el arco y la flecha, así que inútil tampoco soy.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora