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—¿Papá? ¡Papá! —Gritó Narae levantándose de su lugar cuando vio a su padre acercarse a la entrada de su casa, el hombre se tambaleó de un lado a otro sin poder caminar correctamente, la joven supo de inmediato que su padre estaba borracho.

—¡Narae! ¡Hija mía! —Exclamó el viejo hombre, riéndose y tropezando con sus propios pies, acercándose a duras penas a la puerta de su casa.

—Padre... —Se quejó Narae sollozando, trató de sostenerlo, pero el peso del hombre la hace caer de rodillas lastimándola con las rocas del camino. Ella empujó a su padre y con una mirada resentida, preguntó. —¿Por qué hace esto? ¿Por qué se comporta como si la desaparición de mi hermano no importara?

Su padre se sentó con torpeza sosteniéndose del marco de la puerta abierta, comenzó a reír a grandes carcajadas sin importarle despertar a sus vecinos cercanos.

—¡Todo esto es su culpa, padre! —Chilló ella al sentir un nudo en la garganta, las lágrimas acumulándose en sus ojos. —¡TaeHyung está desaparecido hace tres días y usted está tan feliz bebiendo! ¡Su hijo está perdido y todo esto es culpa suya y de mi madre!

—¿Nuestra culpa? —Preguntó el hombre dejando de reír, miró a su hija con el ceño fruncido y negó con la cabeza. —TaeHyung no se fue por mi culpa ni por la culpa de tu madre... —Dijo hablando con facilidad a pesar de su situación. —Ah, es que no lo sabes ¿verdad?

—Ustedes siempre le hacían daño... nunca les importó su bienestar.

—¡Guarda silencio! —Ordenó el hombre haciendo que Narae dé un respingo en su lugar, ella se puso de pie para alejarse de inmediato de la presencia de su padre. —Eh estado celebrando, Narae—. Continuó diciendo él antes que Narae suba a su habitación.

—¿Celebrando? —Narae detuvo su andar y se giró nuevamente hacia su padre, no muy segura si preguntar o alejarse.

—¡Estoy celebrando! —Vociferó alzando las manos volviendo a carcajearse sin motivo aparente. —¡Tu hermano no es un maricón! ¡TaeHyung es un hombre! —Celebró sin dejar de reír.

—No se atreva a volver a insultarlo, padre. —Dijo Narae entre dientes, sin poder mirar el rostro rojizo de su padre.

—¡Tu hermano se fugó con una prostituta! ¡Tu hermano se consiguió una maldita novia! —Siguió diciendo su padre, comenzó a aplaudir haciendo mucho más ruido que antes, llamando la atención de quienes pasaban cerca del lugar, además de atraer la mirada de sus vecinos quienes observaban la escena desde sus ventanas.

—Eso no es verdad... él no se relacionaría con ese tipo de personas. —Defendió Narae, desconfiando de las palabras de su padre. Ella sabía que TaeHyung no se relacionaría con las personas del prostíbulo, él era demasiado inocente para ser amigo de esas personas, mucho menos ser novio de alguna de las prostitutas.

—Todo este tiempo temiendo porque mi hijo sea un maldito marica, pero no... tu querido hermanito, él muy idiota se ha estado viendo con una puta, a tus espaldas, a mis espaldas... a escondidas... —El hombre volvió a reír sonoramente.

Narae intentó replicar, pero no pronunció palabra alguna. Afligida por la situación, sin entender como una situación así podría alegrar a su padre, caminó de prisa hacia las escaleras para subir hacia su habitación.

—Narae, espera—. Su madre, quien estuvo guardando silencio al pie de las escaleras, intentó detenerla al verla llorar. —TaeHyung debe estar bien.

Su hija negó con la cabeza antes de decir. —Mamá ¿Por qué nunca lo ayudaste? ¿Por qué nunca cuidaste de tu propio hijo? —Preguntó con rencor y dolor, aguardó por una respuesta, sin embargo, la mujer bajó la mirada sin responder. —No mereces tener a un hijo como TaeHyung. No lo merecen... —Dijo, pero la voz de su pequeño hermano sonó en su cabeza, rogándole que no la lastime con sus palabras.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora