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—Extrañas a TaeTae ¿cierto? —Una voz suave se escuchó detrás suyo y YangMi giró la cabeza levemente para verla sentarse a su lado. Sonrió al tenerla cerca, cargando su pesado vientre de poco más de ocho meses.

—Creo que lo extraño mucho, unnie. —Aceptó haciéndose a un lado para darle espacio a la joven mamá. —Ya lleva fuera tres días y lo extraño mucho. —Murmuró colocando su mano suavemente sobre el abultado vientre.

Ara asintió y estudió su rostro, YangMi tenía profundas ojeras y su sonrisa no alcanzaba a sus ojos. —Si, yo también lo extraño... ahora por aquí todo es muy silencioso sin él.

YangMi retiró su mano y volvió a colocar su mentón sobre sus rodillas, abrazándolas con ambos brazos. —Quisiera que regrese pronto. —Murmuró.

Ara notó sus zapatos llenos de barro seco y recordó que ella había salido durante la mañana, decidió cambiar de tema y preguntó con curiosidad. —Fuiste al pueblo hoy ¿verdad? —YangMi asintió sin mirarla.

—Fui a buscar a mi mamá. —Comentó segundos después.

—Oh—. Ara no supo que más decir, el semblante de la pequeña denotaba tristeza por lo que guardó silencio tratando de pensar en cómo animarla, pero YangMi siguió hablando.

—En vez de ver a mi mamá, me encontré con papá—. Murmuró y Ara sonrió, sintiéndose insegura.

—Eso es bueno ¿cierto? —Preguntó, pero se encogió de hombros cuando la miró negar con la cabeza.

—No en realidad. —YangMi le regaló una sonrisa sonrisa girando su rostro para verla. —Me dijo que no quería volver a verme en su casa, o me entregaría de nuevo al burdel y dejaría que me apedrearan.

—¿Qué? No, ¿Por qué te dijo eso? —Preguntó Ara escandalizada.

—Porque de esa forma terminan las mujeres como yo, unnie. —Explicó con calma, regresando su mirada hacia el frondoso bosque.

Ara negó con la cabeza e inquieta se movió en su lugar antes de comentar. —No. Claro que no, tú no eres como ellas, YangMi-

—Lo sé. —Interrumpió la menor cerrando los ojos. —Soy peor.

—YangMi-

—Unnie, abandoné a mi mamá dentro de ese burdel y creí que podría estar bien... todo este tiempo he estado pensando sólo en ella...

—Bueno, sí deseas podemos hacer que SeokJin-si la saque de ahí, sabes que al ser parte de la realeza podrá ayudarnos. —Animó, intentó ponerse de pie, pero el tronco era demasiado bajo por lo que le fue imposible hacerlo sin ayuda. YangMi no la estaba mirando, por lo que no notó su intención.

—Papá me dijo que mamá está muerta. —Su voz sonó monótona, se estremeció al sentir el abrazo de Ara, y aunque no deseaba aceptarlo, tampoco se alejó de ella.

—Lo siento tanto, Mimi... sé que diga lo que diga, no te haré sentir mejor...

Ella asintió y sonrió al escucharla, poco a poco se deshizo de su abrazo. —No se preocupe unnie. De todas formas, ya sabía que ella moriría muy pronto. —Miró su expresión y se apresura a agregar. —Ella fumaba mucho, unnie. Parecía una hoguera viviente, en verdad... ella sabía que le hacía mal, pero era lo único que la calmaba.

—Aun así, lo siento mucho, YangMi.

—Lo sé, unnie. —YangMi se puso de pie y observó a su alrededor, casi anochecía y NamJoon debía estar por regresar, había ido a pescar río abajo y pronto deberían resguardarse del frío de la noche.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora