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HoSeok se cruzó de brazos al oír las preguntas del Sultán, escuchó atento y en silencio, el hombre estaba enojado, sin embargo, él sabía que había algo más que provocaba su enojo.

—Vas a prohibirle trabajar en el mercado. —Exigió JungKook luego de que HoSeok se hubiese quedado en silencio en respuesta.

HoSeok chasqueó la lengua y negó con la cabeza. —No puedo hacer eso, TaeHyung es libre de hacer lo que quiera hacer. —Respondió recostándose contra la pared de su casa.

—Es peligroso que trabaje ahí y de esa forma. —Reclamó el joven de cabellos negros rechinando sus dientes, acercándose al otro para no alzar la voz.

—Lo sé, pero TaeHyung quiere trabajar y ayudar a su hermana, lamentablemente no puedo ayudarlo para que trabaje aquí y no se exponga. —HoSeok se encogió de hombros y JungKook resopló por lo bajo.

—Contéstame entonces, TaeHyung no ha terminado el colegio ¿verdad?

La mueca en su rostro le molestó. —No, no lo ha terminado. Este año estaba estudiando, pero luego de que él y su hermana se fueron de casa, ambos dejaron de estudiar.

—¿Por qué se fueron de casa? ¿Qué sucedió?

Sus ojos miraron el breve destello de tristeza en su rostro, para luego recomponerse de inmediato y responder. —En serio no sabes nada ¿verdad? —Murmuró.

—Sólo respóndeme.

HoSeok asintió brevemente y sentándose sobre algunas rocas altas, dijo. —Su familia... ellos no lo entienden, tú sabes que TaeHyung es distinto a cualquier otro chico... —JungKook lo escuchó atento, aún parado desde su lugar sin quitar su mirada de las muecas de su cara. —Su padre... él no es una persona buena o comprensible. Le hizo mucho daño y su madre está tan aterrada como para hacer algo por protegerlo.

—¿Cómo sabes que está aterrada? —Preguntó cruzándose de brazos.

—Narae me cuenta muchas cosas... cada visita que hace a su casa me la cuenta. Su padre está comenzando a golpear a su madre y aunque ella le ha ofrecido ayuda, ella no quiere dejarlo. —Negó con la cabeza levemente y alzó la mirada apenas. —Ese hombre es un monstruo, si Narae no hubiese estado ahí probablemente TaeHyung no estuviera con nosotros.

JungKook volvió a tensarse en su sitio al escucharlo, HoSeok miró detrás de él y se puso de pie de inmediato, él se volvió para mirar a TaeHyung mal escondido detrás de una pared, silencioso.

—Hablaré con TaeHyung. HoSeok, puedes irte. —Ordenó, HoSeok chasqueó la lengua en reprobación.

—Si te comportas como un idiota con él, créeme que no me importará que seas el futuro rey—. Advirtió para alejarse de ellos.

JungKook lo miró respirar agitado, intentando ocultarse de mala manera de él. —TaeHyung—. Le llamó y lo observó cerrar los ojos con fuerza. —Por favor, ven aquí... conmigo.

El pequeño de ojos miel lo miró con un ojo apenas abierto y manteniéndose pegado a la pared, la sonrisa suave del Sultán le hizo salir de su escondite.

—Lo siento, yo no quería escuchar... sólo me preguntaba dónde estaba usted—. Susurró acercándose lentamente.

—Lo sé, ven siéntate conmigo aquí—. Pidió en una voz suave y calma, sentándose en la misma roca en la que estaba HoSeok sentado breves momentos atrás.

TaeHyung se subió a la misma roca y JungKook lo dejó hacerlo sólo, aun cuando vio que era un poco alto para él y sus pies quedaron colgando por sobre la hierba. Era un poco tarde, él había sido invitado a almorzar y luego de que TaeHyung sea atendido por la vieja mujer de la casa, comieron junto a la familia de HoSeok.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora