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JungKook observó con devoción las mejillas sonrojadas de TaeHee, ella lo miraba con los ojos brillantes y una sonrisa tímida amenazaba con dibujarse en su delicado rostro. Ambos guardaron silencio por unos minutos, cómodos ante la presencia del contrario, el Sultán sostuvo sus manos en un agarre gentil.

—Siento mucho... haberte besado sin tu permiso, princesa. —Susurró y TaeHee escondió su rostro en su pecho y negó con la cabeza. —¿Puedo confesarte algo, princesita? —Miró como ella asintió con la cabecita sin mirarlo, aun escondida en su pecho. —Es también mi primer beso... —Murmuró.

TaeHyung se separó de él sorprendido de sus palabras, rompiendo el abrazo se separó de él, quería hablar, disculparse y decirle la verdad, pero temía tanto por su reacción, estaba convencido que no lo tomaría de una buena manera, el Sultán tenía el poder suficiente para alejarlo de su familia, lo podría encerrar de por vida y él no podría liberarse por más que lo quisiera.

JungKook intentó decir algo, pero la puerta se abrió permitiendo el paso a NamJoon, quien los miró sorprendido. —Huh... ¿está todo bien? —Preguntó mirando con atención a TaeHyung, buscando algún signo de malestar en el pequeño, TaeHyung asintió con una sonrisa y los ojos brillantes, sin embargo. —Ara dice que es tiempo de ensayar. —Comentó.

TaeHyung avanzó hacia la salida, pero JungKook tomó de su muñeca suavemente. —Eh... creo que debo irme ahora. —Informó. TaeHyung lo miró con el ceño fruncido, quería que se quedase y que viera el ensayo, pero no emitió ninguna palabra. —Prefiero que tu presentación sea una sorpresa para mí, niña bonita. —Dijo ocultando un mechón castaño de la pequeña detrás de su oreja. Se inclinó y continuó diciendo. —Por favor, no te olvides de comer bien y beber mucha agua ¿de acuerdo? —Miró los pies de la pequeña y suspiró. —Enviaré algunos pares de calzados a la cabaña de tu amigo.

TaeHyung negó de inmediato, no necesitaba un par de calzados, habían podido traer dos pares aquella noche y con ello sería suficiente.

—Tranquila, serán para que puedas bailar y caminar por donde quieras ¿sí? —TaeHyung siguió negando con las manos, pero un beso en la mejilla de parte del Sultán la dejó quieta en su lugar. —Es un obsequio para la persona más hermosa que jamás he visto. —Sonrió sintiendo los ojos de NamJoon sobre ellos, JungKook no quería discutir por lo que se centró en la pequeña frente suyo. —No necesitas esforzarte demasiado en el baile, me gustas, así bailases mal, me seguirás gustando. Por favor no te sobre exijas. —Murmuró. TaeHyung asintió sintiendo sus mejillas arder.

—¿No te quedarás a comer entonces? —Preguntó NamJoon interrumpiéndolos.

—No, pero agradezco tu invitación. Debo volver al palacio a arreglar algunas cosas—. JungKook estrechó su mano con el mayor antes de salir de la pequeña cabaña, se despidió de los demás que miraron atentos a la pequeña TaeHee, JungKook no pudo evitar pensar que buscaban alguna señal de malestar de parte de la menor. Cuando estuvieron seguros que ella estaba bien, JungKook se subió al caballo y se alejó del lugar sin mirar atrás.

Narae miró a su hermano en silencio, su rostro sonrojado y sus ojos esquivos, le daban a entender que estaba distraído. —¿Te hizo algún daño, cariño? —Preguntó tomando su mano.

—No Nana... sólo hablamos—. Respondió intentando sostener su mirada, no deseaba que su hermana ni nadie más pregunte sobre el tema. —En realidad, él habló y yo escuché.

Narae asintió y aunque deseaba indagar más, guardó silencio cuando Ara se acercó a ella con un vestido en sus manos. —Mira, ya está todo listo para la presentación de TaeHyung. —Dijo distrayéndola y extendiendo el vestido que había cocido para el menor, Narae se maravilló por el hermoso vestido y se alejó de su hermano menor para preguntarle a Ara sobre lo que había pensado que podría llevar su hermanito el día de su presentación. Quería saber que necesitaría para conseguirlo antes de la fecha.

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora