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Habían pasado varias semanas y la alegría inicial del Sultán se había ido apaciguando poco a poco, los últimos días se había mostrado calmado y silencioso, muchas veces se quedaba en el gran salón sentado sobre un sillón mirando con el ceño fruncido por la ventana hacia el reino, ello era muy raro, demasiado extraño y SeokJin lo había notado, tenía la impresión que el insufrible Jeon JungKook parecía triste.

El mayor lo notó cuando el Sultán había dejado de insistir salir al reino, había permanecido dentro del palacio sin hostigar a nadie a su alrededor, incluso había dejado de preguntar los detalles de celebración de sus cumpleaños ni ha preguntado sobre su princesa de grandes ojos miel.

JungKook estaba cabizbajo en su lugar de los últimos días cuando SeokJin se sentó frente a él y colocó un codo sobre el sillón para apoyar su mejilla sobre la palma de su mano, sus ojos miraron con determinación a su primo. —¿En qué piensas, JungKookie? —Preguntó, JungKook pareció no escucharlo. —¿JungKookie? —Volvió a llamarlo en voz alta.

JungKook pareció reaccionar y giró la cabeza a mirarlo. —¿Qué sucede, SeokJin? —Preguntó con voz serena, Jin cambió de posición para acercarse un poco más a él.

—Esto te pregunto yo ¿Qué sucede, JungKook? —preguntó de nuevo, su primo sacudió la cabeza en señal de negación.

—Nada, no te preocupes, Jin. —Dijo JungKook tratando de mostrarse seguro de sus palabras, desvió la mirada hacia la ventana nuevamente.

SeokJin guardó silencio brevemente antes de continuar. —¿La reina te ha ordenado algo, Kookoe? —Preguntó presionando con amabilidad. —Puedes confiar en mí, si algo te carcome la cabeza, sólo dímelo y te ayudaré.

JungKook sonrió en agradecimiento, guardando silencio sin mirarlo, no quería involucrar a su primo mayor en lo que sucedía, él solo deseaba olvidarse por un tiempo del título y la corona, quería dejar de sentir el peso que colocaban sobre sus hombros.

—Kookie, por favor sólo dime que sucede. Me estas asustando. —Jin rogó con una voz suave, casi un murmullo, tomó su mano y se dio cuenta que el menor estaba temblando. —Kookie...

—Mamá habló conmigo, Jin—. Dijo al darse cuenta que no podría evadirlo, Jin presionaría hasta saber la verdad así que prefirió por decirle lo que estaba sucediendo. —Habló conmigo hoy y ella... me dijo que es momento de crecer...

Jin lo miró atento, guardando silencio al escucharlo, él sabía que la reina exigiría una madurez inmediata a su único hijo y con ello la responsabilidad que todo rey debía demostrar, pero JungKook tenía dieciocho años y en un par de semanas cumplirá diecinueve años, consideraba realmente que no era una edad adecuada para asumir un puesto tan importante, además no había recibido la educación adecuada para gobernar, aún estaba formándose para ello. Por más que se preocupara por los demás, por las personas que amaba, aún seguía aprendiendo.

Él simplemente no estaba listo.

—Mañana iré con mamá a tierras extranjeras, Jin. Visitaremos tres reinos diferentes y tendré que escoger una esposa—. Susurró con la mirada fija en la ventana. —Mamá quiere que escoja la que tiene el reino con las tierras más fértiles... esa princesa, no recuerdo cómo se llama, pero el reino que ella gobernará algún día es probablemente el que más comercio de alimentos posee, mamá dice que es una buena estrategia si la escogemos a ella...

Jin se mordió el labio inferior al escucharlo, nunca lo había oído tan triste. —Ni siquiera la conozco y sé que probablemente sea lo mejor para el reino, pero yo no... yo no deseo esto...

—JungKook, yo-

—Yo desearía estar realmente con la persona que amo, Jin hyung—. JungKook se giró a mirarlo, y sus ojos brillaron amenazando con desbordarse. —Sé que soy muy idiota, pero no es justo hyung. Yo quiero realmente enamorarme y vivir ese sentimiento con la persona indicada, no atarme a alguien sólo porque es lo mejor para el reino...

The Belly Dancer ❀ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora