Sin pronunciar una sola palabra más, camina conmigo en sus brazos. Paseo la nariz por su cuello e inhalo; huele de maravilla: a sexo junto con algún gel corporal caro, y al mejor y más seductor aroma del planeta... a Zabdiel. Cruzamos el cuarto y recorremos el pasillo hasta el baño, donde me deposita en el suelo y en el mismo instante, alguien llama a la puerta. Lo escucho dar un respingo.
-Vuelvo enseguida. -Se disculpa.
-Te estaré esperando. -Le aseguro y lo veo salir del baño para ponerse algo de ropa e ir a encontrarse con quien está del otro lado de la puerta.
Siento un nudo en la garganta.
<<Tengo que intentar aclararme y analizar mis sentimientos hacia él.>>
Cuando me miro al espejo, mi mente vuelve a Zabdiel haciéndome el amor, su boca ardiente y húmeda contra mi piel, y de pronto lo veo todo claro. La puerta se abre y me saca de mis ensoñaciones. Me sobresalto.
-¿Contemplándote en el espejo? -Comenta burlón.
Cierra la puerta.
<<Mierda.>>
-No... Yo... -No sé qué decir porque estoy desnuda delante del espejo, fantaseando con sus labios sobre mi piel.
-No tienes de qué avergonzarte, nena. Si yo tuviera ese cuerpo, también me miraría al espejo.
Me pongo roja y él me rodea con sus brazos. Sus ojos turbios se encuentran con los míos en el espejo.
-Partimos en dos horas, Sami. Renato vino a decirme. -Murmura y luego añade casi para sí. -Y sospecho que también ha venido a comprobar que sigo aquí.
No puedo mirarle a los ojos; si lo hago por un segundo más voy a romper a llorar. Fijo la vista en mis dedos.
-¿Qué te pasa, nena?
Me giro para encontrarme con sus ardientes ojos grises.
<<Me ha descubierto.>>
-Que me he enamorado de ti, Zabdiel. -Ya está, se lo he dicho. -Yo... Es que...
Me pone un dedo en los labios para que calle, desliza sus brazos a mi alrededor y me estrecha contra sí.
-Oh, Sami. -Gime, y hunde la nariz en mi cabello.
Ahogo un jadeo y lo abrazo como si fuera el aire que necesito para respirar. Permanecemos un buen rato entrelazados en ese peculiar abrazo, yo desnuda y él sólo con su pantalón de chándal. Tengo los ojos bañados en lágrimas, que se derraman por mi rostro sin control.
-Nena, te quiero.
Y estallo en sollozos, escondo la cara en su cuello, mientras pienso en si es posible llegar a sentir algo tan intenso en sólo tres días.
-No, por favor, no llores. -Susurra con voz angustiada y me envuelve con fuerza entre sus brazos. -Por favor, no llores por mí.
Se aparta, me sujeta la cabeza entre las manos y la echa hacia atrás mientras se inclina para besarme.
-Nos veremos más pronto de lo que crees. Te lo prometo.
Baja la vista y me mira, con ojos muy abiertos y dolidos. Sus palabras me dan una mínima esperanza.
<<¿Es posible?>>
Envalentonada, me aferro a esa idea.
-Confío en ti. -Susurro entre sollozos.
Levanto la vista anhelante hacia él. Zabdiel seca mis lágrimas con el pulgar y luego besa mi mejilla. Parece torturado... vulnerable. Me obligo a calmarme porque no quiero que sus últimas horas aquí sean un recuerdo triste.
-Venga, a bañarnos. -Dice de pronto, con expresión tierna y dulce.
-De acuerdo. -Acepto con determinación, pero mis fuerzas, mi seguridad y mi vida están a punto de resquebrajar y no sé cuándo las voy a poder recuperar.
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Hazme Tuya (CNCO Hot)
FanfictionSamantha es una hermosa cubana que lleva una vida dedicada al estudio y al modelaje. Nunca llegó a imaginar que en uno de los ensayos de su compañía conocería a CNCO, una de las boybands más famosas del mundo, ni que uno de sus integrantes terminarí...