Capítulo 7 (III)

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Cuando abro los ojos, la luz entra a raudales por las ventanas de cristal. Percibo una voz que proviene del salón y aguzo el oído, pero no escucho más que débiles susurros. Entonces la recuerdo.

<<Sami.>>

Echo un vistazo al reloj y veo que es tarde. Salto de la cama y sigo mi oído hasta el salón.

<<Ahí está.>>

Se ha puesto mi camisa, lleva el pelo recogido en un moño alto y está escuchando atentamente a alguien que le habla a través del teléfono. Aún no me ha visto, así que me detengo junto al sofá a disfrutar del espectáculo. Está de pie contra una ventana de cristal descubierta de las cortinas, y la luz de la mañana recorta la silueta de su cuerpo bajo mi camisa. Se me seca la boca. Está muy buena, tiene las piernas largas, unos pechos perfectos y un culo ideal, y entonces me doy cuenta de que no lleva ropa interior.

<<Mmm...>>

Todavía pegada al móvil, se vuelve hacia mí y se sobresalta. Yo le sonrío y finjo que estoy interesado en otra cosa. Por algún motivo no quiero que me sorprenda comiéndomela con los ojos.

<<¿A quién tiene al teléfono?>>

Oigo que menciona la palabra "mamá" y me pongo tenso.

<<Se quedará todo el día conmigo, ¿verdad?>>

Nuestras miradas se encuentran.

<<¿Qué pasa, nena?>>

Ella se vuelve hacia otro lado y un momento después cuelga, luego se acerca a mí con andar pausado, moviendo las caderas a un ritmo suave y seductor bajo la camisa.

<<¿Debería decirle que la veo?>>

-Buenos días, Sami. ¿Cómo estás?

-Buenos días. -Me da un beso, mientras se abraza a mi cuello, y me dice con voz suave, y una media sonrisa jugueteándole en los labios. -Estoy mejor, gracias. ¿Y tú?

-Como nunca. He dormido delicioso. -Admito, y esta vez soy yo quien la besa. -¿Qué tal lo has pasado esta noche? -Le pregunto, y espero que capte a qué parte específica me refiero.

Mi respiración se vuelve superficial mientras espero su respuesta.

-Muy bien. -Contesta y me ofrece una sonrisa dulce y sexi.

<<Es lo que quería oír.>>

-Yo también. Nunca había sentido lo que sentí ayer, aunque quizás es porque ha sido contigo.

La sorpresa y el placer que le provocan mis palabras son evidentes. Le acaricio el carnoso labio inferior con el pulgar; me muero por tocarla... otra vez.

-¿Cómo está Lucía?

Sonríe antes de responder:

-Encantada de la vida porque conoció a sus CNCO.

Yo también sonrío.

-Sami... No tienes que irte ahora, ¿verdad? -Le pregunto con la voz marcada por la preocupación.

Me mira a los ojos y vuelve a sonreír levemente.

-No, a menos que tú quieras que me vaya. -Contesta luego con un susurro.

-Claro que no. Me gusta tenerte aquí.

Tan pronto acabo de decirlo, me abraza y yo la atraigo hacia mí para besarla.

-¿Tienes hambre? -Pregunta.

-Mucha.

<<Y no sé si de desayunar o de ti.>>

-Yo también me muero de hambre.

Son más de las nueve y calculo que el servicio de habitaciones tardará más en venir que lo que tardaremos nosotros en bajar al bufet, así que me parece mejor la segunda opción.

-Ven, vamos a bañarnos.

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Hazme Tuya (CNCO Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora