Estoy hecha un manojo de nervios y respiro hondo haciéndome la idea de que todo irá bien. Lo que necesito es tranquilizarme, y con ese pretexto me permito unos minutos para pensar en mi boricua. Ningún hombre me había impactado tanto como Zabdiel, y no entiendo por qué.
<<¿Porque está extremadamente bueno? ¿Es educado? ¿Sexi? ¿Sabe tocar la guitarra? ¿Su acento boricua?>>
<<¿Cómo puede estar tan extremadamente bueno y aun así ser legal?>>
Nunca había imaginado que pudiera sentir algo así, que un chico pudiera gustarme tanto. Todavía no entiendo mi reacción irracional cuando volví a verlo el sábado, con aquella camisa de mangas largas -que terminé poniéndome al amanecer del otro día- y parte de su amplio pecho al descubierto. Supe entonces que tendríamos que terminar haciendo el amor; nuestro intercambio de miradas en el bar fue como mínimo estimulante y cuando me sorprendió a medio desvestir en su habitación, que minutos antes me había ofrecido para que me cambiara de ropa, mi cuerpo era una masa temblorosa de embravecidas hormonas femeninas. Pienso en su intensa y provocativa mirada y me pongo tensa. Sofoco un gemido.
<<Ni siquiera está aquí y ha provocado que apriete los muslos y me estremezca de pies a cabeza.>>
A pesar de haber tomado una cantidad de alcohol que no acostumbro a manejar, recuerdo perfectamente nuestro beso durante el juego. La agradable sensación se apoderó de todo mi ser y podía sentir como ardía por dentro; nunca había experimentado algo así. Mi mente se traslada a nuestro primer encuentro sexual; los juegos en la piscina, nuestros besos en el agua, el hecho de que me invitara a dormir en su habitación... Todo me había parecido muy excitante, y no pude evitar lanzarme a sus brazos en cuanto estuvo a mi alcance. Su manera de besarme me desarmó por completo. Nunca nadie me había tocado como lo hizo él, ni me había hecho sentir tan... extraordinariamente bien. Me ruborizo al recordar sus manos y su boca sobre mí, su cuerpo dentro del mío. Cierro los ojos y siento en lo más hondo la exquisita tensión de mis músculos.
<<Sí, quiero hacerlo una y otra vez.>>
Verlo profundamente dormido a mi lado al amanecer del domingo me dio la oportunidad de examinarlo bien por primera vez. Su hermoso rostro relajado, sus labios, gruesos y perfilados y el pelo, limpio y brillante, alborotado hacían el conjunto perfecto; parecía un niño pequeño.
<<Me tiene embrujada; resulta absolutamente cautivador.>>
Pienso en cómo tocaba la guitarra, esa música tan hermosa que estaba creando, en su voz esperanzada cuando me pidió que pasara el día con él, nuestra ducha juntos, sus bromas amables en el desayuno, la conversación que tuvimos después del almuerzo, su alegría al verme bailando las coreografías de sus canciones después de que me las enseñara...
<<Sí que baila bien.>>
Me muerdo el labio al recordar lo que pasó después. No logro olvidar su voz melancólica pidiéndome que me quedase cuando ya el taxi me esperaba para traerme a casa; tengo que terminar aquí cuanto antes, necesito verlo pero ¡ya! Como diría Jhoni, todo esto es una auténtica jodienda mental.
<<¡Jhoni! Oh, mierda.>>
No me acordé de él en todo el domingo. Se suponía que tenía que llamarlo.
<<Mierda. Va a molestarse conmigo.>>
Tomo nota mental de que lo llamaré en cuanto salga de esto. Un involuntario escalofrío me recorre la espina dorsal cuando Sandra, una de mis compañeras de equipo, me hace una seña de que es nuestro turno. Vuelven a aflorar los nervios pero me levanto desmañadamente del asiento y me apresuro en llegar a las puertas de vidrio de la consulta.
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Hazme Tuya (CNCO Hot)
FanfictionSamantha es una hermosa cubana que lleva una vida dedicada al estudio y al modelaje. Nunca llegó a imaginar que en uno de los ensayos de su compañía conocería a CNCO, una de las boybands más famosas del mundo, ni que uno de sus integrantes terminarí...