Hazme Tuya (CNCO Hot)

Capítulo 5 (IV)

Sigo sus actos con la mirada. Camina hacia la mesa donde están todos, sus pasos marcan el compás del suave contoneo de sus caderas como si de un metrónomo se tratase. En una mano lleva una toalla y en la otra una llave electrónica, de manera que doy por sentado que ya ha visto a Renato. Me apresuro en coger el trago que me ofrece el barman y cuando Richard tiene el suyo, volvemos a la mesa y ocupo la silla vacía al lado de Chris, esta vez a un costado de ella. Está entretenida mirando su teléfono; cuando levanta la vista, me examina con la mirada y me regala una media sonrisa de agradecimiento, supongo. Se la devuelvo enseguida y espero que nadie más haya visto nuestro intercambio, pero me doy cuenta de que no es así cuando Richard me lanza una mirada interrogadora.

<<No me importa.>>

En el siguiente minuto, Violeta y ella se dirigen juntas al aquabar y al poco tiempo regresan con un trago en la mano cada una. Durante un buen rato disfrutamos del placer que nos ofrecen la bebida y la conversación. Me cuesta mantenerme pendiente a la charla, sólo quiero mirar a Samantha, que a medida que pasa el tiempo me doy cuenta de que va soltándose. Ya lleva varios tragos igual que todos los demás, aunque supongo que antes se mantenía callada porque no se sentía en confianza. Es grato saber que ya no está tan cohibida. Nos hacemos unos cuantos selfies todos juntos y hablamos de muchos temas: la música, la medicina, la ingeniería, el hotel, los tragos, las costumbres de cada país... Por un comentario de Erick, el tema se detiene en la natación. Él alardea de sus dotes como nadador y Samantha lo mira entornando los ojos con una sonrisa de lado.

<<Sexi.>>

-Sami también sabe nadar... y muy bien. -Dice de pronto Baby.

<<Ay Samantha, eres una caja de sorpresas.>>

La aludida mira a la rubia con los ojos saliéndose de sus órbitas y entonces Erick le suelta con aire retador y un brillo malicioso en la mirada:

-¿Te atreves a intentar ganarme?

Samantha vuelve a esbozar su cautivadora sonrisa y asiente mirándolo fijamente. Sé que Erick es un experto en natación. Según nos ha contado la practica desde pequeño, y ella no se ve muy capaz ganarle, así que la mayoría de mis expectativas están puestas en él. Todos nos dirigimos al borde de la piscina. El hecho de que ella haya aceptado el reto parece divertirles, pero a mí los celos me pican por dentro y camino más alejado del bulto que va delante. Por milésima vez en la noche vuelvo a sentir el tirón en mi entrepierna cuando ella se acerca sin la diminuta minifalda y, tras colocarse delante de mí, me permite ver por detrás su exquisito culo.

<<¿Es que acaso tengo catorce años?>>

Mi reacción es muy irritante; trago en seco e intento ignorarla. Cuando los rivales fijan el recorrido -ida y vuelta en la parte más estrecha de la piscina- y el estilo que usarán -libre-, los demás les hacemos espacio y es Baby quien se encarga del "Preparados, listos, fuera". Comienza el duelo y ambos salen disparados como una flecha. Es un espectáculo complejo y caótico; inicialmente es Erick quien se hace con la delantera, pero después de llegar al borde opuesto de la piscina y girar, Samantha acelera sus brazadas y sorprendiéndonos a todos, toca la pared del extremo de donde partieron un segundo antes que él. La sorpresa de todos es evidente y nadie se corta para aclamarla. Me llevo el vaso a los labios para ocultar mi sonrisa de satisfacción.

<<Touché, bro.>>*

Cuando ella saca la cabeza del agua, mira a su izquierda, por donde emerge su rival. Le sonríe y se le marcan los hoyuelos como nunca; su cara se ilumina como un atardecer de verano.

<<Dios, es impresionante.>>

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